A PROPÓSITO DEL DÍA
DE DIFUNTOS.
Hoy se conmemora el día de los Difuntos. Todos tenemos a
muchas personas que recordar y a quienes debemos agradecer: a unos porque nos
dieron el ejemplo y la ayuda para ser mejores y lograr lo que queríamos llegar
a ser, y a los otros, al menos, por servir de ejemplo de lo que no queríamos ni
debemos ser, pero ese contraste es necesario, porque sin el opuesto
complementario no se puede definir casi nada.
¿Cómo hablar de los Difuntos en una sociedad polarizada, en
un mundo donde las religiones y sus respectivas escatologías están produciendo
conflictos que dan como resultado más muertos que los que exigía
Huitzilopochtli, dios de la guerra entre los aztecas, antes de la llegada de
Colón?
Se nos ocurre Utnapishtim.
Utnapishtim es el equivalente de Noé en la literatura
sumeria que es muy anterior a la hebrea de donde emerge la versión del diluvio
que conocemos. Pero sin ir más allá, el personaje nos interesa porque es a él a
quien acude Gilgamesh para que le diga cómo lograr la inmortalidad y si hay
alguna forma de resucitar e su compañero Enkidu, quien había tenido una muerte
terrible por enfermedad, como castigo de los dioses por haber matado al Toro de
los cielos, que era el encargado de castigarlos a los dos.
Gilgamesh no puede dejar de recordar a Enkidu ni parar de
llorar, no se le quita el pesar por su pérdida, ni puede pasar el luto. Por lo
que se decide a buscar una solución.
Utnapishtim se somete a un cruce aterrador en medio de la
oscuridad más negra, cuando al fin emerge de ella, llega a una taberna donde la
atiende una mujer que se adivina preciosa pero que tiene un velo. Se llama
Siduri. Gilgamesh toma licor y le cuenta
a ella lo que persigue y esta trata de convencerlo de la futilidad de su
esfuerzo y que debería más bien, dedicarse a disfrutar el ahora con todos los
placeres que la vida puede dar. Al ver que Gilgamesh mantiene su propósito, lo dirige
hacía Urshanabi, la posible inspiración del Caronte griego, quien lo cruzará
por las Aguas de la Muerte, antecedente de la laguna Estigia o de uno de los ríos
del Hades griego.
Luego del cruce, al fin se encuentra Gilgamesh con
Utnapishtim y le pide que le dé el secreto, Utnapishtim le dice que para ser
inmortal debe pasar unas pruebas, la más fácil es pasar siete días sin dormir,
cosa que Gilgamesh no puede lograr, pero la esposa de Utnapishtim se conmueve
por el esfuerzo de Gilgamesh y le pide a su marido que le dé aunque sea algo,
para que Gilgamesh no regrese a su reino con las manos vacías. Utnapishtim le
da una hierba que sirve para retornar a la juventud.
Gilgamesh se alegra porque hará que los ancianos de su reino
serán rejuvenecidos y su sabiduría no se perderá, aunque no se podrá esquivar
la muerte, por lo menos se retardará. Pero una noche se queda dormido y una
serpiente se roba la planta y cuando culebrea para escaparse suelta la piel
porque se había hecho joven otra vez.
Llega Gilgamesh a Uruk su ciudad, pero llega con algo muy
importante, se ha reconciliado con la realidad y con la muerte, por lo que lo
sabio es hacer su ciudad mejor, darle sus mejores esfuerzos a la humanidad que
ha de sustituirlo cuando inevitablemente muera.
En este día recuerdo a mi madre, a mi padre, a mis abuelos,
a mis tíos y tías, a mis primos, a mis maestros, a mis amigos ya idos, vuelvo a
sentir su presencia y otra vez les
agradezco todo lo que hicieron por mí.
En este día se me vuelve a encoger el corazón cuando
recuerdo a Droopie Hernández Flores, al Negro Martínez Belisario, a Agustín
pozo, mi hermano, a Juan Alberto Roch Schmitt, mi otro hermano, a Dagoberto
Bastardo, a Elmer Villareal Balza, a Paternoster Orofino, al Rofrac, a Suarez
Carrasco, a León Porras, al Negro Deguglielmo, a Naudy Suárez Juárez, a Suárez
Legón, a Oliveira Dolby, por nombrar a algunos, pero recordando a todos los
oficiales, suboficiales, aerotécnicos, soldados de tropa y personal civil que
dieron lo mejor por la Fuerza Aérea Venezolana, por las Fuerzas Armadas y por
Venezuela. A todos por igual, van mis respetos y oraciones.
Me permito incluir esta oración pagana, nórdica y militar,
que otro hermano del Ejército Fernando Falcón Veloz, me mandó cuando lloramos
al General Merlina:
“He
aquí, que veo a mi Padre.
He
aquí, que veo a mi Madre, a mis hermanas y mis hermanos.
He
aquí que veo el linaje de mi pueblo desde sus principios.
Y,
he aquí, que me llaman, me piden que ocupe mi lugar entre ellos,
en
los atrios de Valhalla, el lugar donde viven los valientes para siempre….
Padre
misericordioso, he derrochado mis días planeando muchas cosas,
la muerte del guerrero nunca es una de ellas,
pero en este momento te pido que me permitas vivir mis
próximos instantes con valor…
por todo lo que debimos pensar y no pensamos, por todo lo
que debimos decir y no dijimos,
por todo lo que debimos hacer y no hicimos, te imploramos
Dios, tu benevolencia”.
Oración Nórdica del Guerrero caído en Batalla
A todos los viejos Soldados que parten al encuentro con Dios!!!
Oración Nórdica del Guerrero caído en Batalla
A todos los viejos Soldados que parten al encuentro con Dios!!!
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Estas dos rayas son para que incluyan en este escrito, para quien
lo comparte en este momento, es decir, Usted, incluya a sus familiares y a sus compañeros, superiores
y subalternos, en fin, a todos aquellos que lo han ayudado por fas o nefas a llegar hasta
aquí.
A todos nosotros, a quien el Omnipotente nos ha permitido
celebrar este día, seguimos con la misión de buscar la hierba que se robó la
serpiente y hacer mejor a nuestra sociedad, a nuestro país y la humanidad. Ese
es el mensaje sabio de Gilgamesh, lo más cercano a la inmortalidad es la
humanidad y sus recursiones como lo son los países y las instituciones que lo
conforman.
Es lo máximo que podemos aspirar y lo mínimo que debemos
hacer.
A cuidar la salud y a alargar la vida para contribuir lo más
que se pueda.
Martín Guillermo Lon
Blanco.
P.S: Creo que sería hermoso que cada quien que lea esto,
ponga en sus comentarios los deudos que recuerde, por eso me atrevo a
sugerirlo.
Caracas, 2 de noviembre
del 2014.
Last breath Hatebreed
Letra:
All the prayers in the world cant bring you back
Its your last breath,
this is our last breath.
taken from this earth without warning
victim of the ultimate injustice
nothing will ever make sense of this
nothing could have prepared me
all that is left are memories
and the peices of a shattered existence
i wish i could bring you back
i felt your last breath
Its your last breath, this is our last breath!
All the prayers in the world wont bring you back
Its your last breath, this is our last breath
LAST BREATH
Its your last breath,
this is our last breath.
taken from this earth without warning
victim of the ultimate injustice
nothing will ever make sense of this
nothing could have prepared me
all that is left are memories
and the peices of a shattered existence
i wish i could bring you back
i felt your last breath
Its your last breath, this is our last breath!
All the prayers in the world wont bring you back
Its your last breath, this is our last breath
LAST BREATH
Compañero,tus comentarios sobre la visión de la muerte en las culturas antiguas,aquí comparto un párrafo de un escrito que publqué en el año 2000 titulado "Cambio social y entropía moral":
ResponderEliminarEl “ethos” de la existencia cotidiana de los pueblos antiguos del Alto Egipto del IV milenio a.c., se tejió en torno al culto a los muertos como afirmación de lo valioso de la vida. La carne era valiosa, tenía sentido, se le perfumaba, se le momificaba para que resucitara, pero, según el libro de los muertos, ante el Juicio Final, el “KA” (la persona) debía garantizar una conducta moral en vida exclamando lo siguiente: “no cometí inequidad contra los hombres, no empobrecí a un pobre en sus bienes, no hice padecer hambre, no añadí peso a la medida de la balanza, no robé pan, satisfice al Dios cumpliendo lo que el deseaba. Di pan al hambriento, agua al sediento, vestí al que estaba desnudo y di una barca al náufrago… ¡Hacedle venir!, dicen los dioses hablando de mí ¿Quién eres tú?, me dicen ¿Cuál es tu nombre?, me preguntan…” (E. Riotron. Contribución al estudio del libro de los muertos. Francia 1.922. Capítulo 125).