viernes, 28 de noviembre de 2014

A los aviadores que se están peleando en Facebook por los actos del día de ayer, 27N.

COMENTARIOS PARA ALGUNOS COMPAÑEROS SOBRE LOS ACTOS DEL 27 DE NOVIEMBRE.

                Profunda preocupación causa ver los comentarios de parte y parte y las acusaciones ad hominem que se leen en los comentarios.
                En lo particular, mi posición sobre estos hechos y el rol que me tocó jugar en dicha fecha, son del dominio público y están en los tribunales militares y en el libro del General Iván Jiménez Sánchez.
                Han pasado veintidós años de ese suceso, que apartando las verdades históricas, también constituyó una tragedia personal, por el amor a la Fuerza Aérea y a todos sus integrantes. Lo que algunas personas hicieron corriendo tras  un ideal y de otras para mantener otro igual.
                ¿Quiénes nos matamos entre nosotros mismos?
                ¿Qué ventaja hemos obtenido de ese acto fratricida, los integrantes de los dos bandos?
                ¿En qué hechos concretos podemos basar y tasar el sacrificio hecho por los combatientes de ambos bandos?
                ¿Han sido las ganancias personales equivalentes a los hechos de sangre, de las cárceles, exilios y demás sufrimientos de los familiares?
                ¿Dónde estaban y que hicieron ese 27 de noviembre del año 92, que ahora claman laureles y dónde estaban los que los pitan y critican?
Yo no dudé nunca de las intenciones de los que participaron en esas acciones independientemente de su bando.
                ¿Qué ventaja posterior al hecho tuvieron los que defendieron el sistema político de ese entonces?
                ¿Qué ventaja real posterior al hecho tuvieron o tienen los que hoy defienden el sistema actual?
                ¿Se compensan esas ganancias con las pérdidas?
                Y así pueden seguir apareciendo preguntas cuyas respuestas irán de un extremo al otrp, porque se yerra en ver la verdadera naturaleza dual del problema.
                Hay una parte racional y una parte emocional.
                Hay una cultura que comparten los que mandaban antes y los que mandan ahora y una cultura subordinada militar que puede ser la tesis o la antítesis producto de esa misma cultura y del sistema político que esta cultura engendra.
                ¿Ha sido la persecución de los oficiales de época reciente, distinta a la que hicieron los oficiales perezjimenistas con los simpatizantes adecos?
                ¿Fue  la persecución de los oficiales que fueron perezjimenistas por parte de los oficiales proadecos en el poder distinta a la de entonces o a la actual?
                Por supuesto que cada uno tiene una opinión emocional, ya que esta es más simple y barata que buscar el problema cultural que pergeña el mismo tipo de persecución y conducta que es esencialmente igual y el mismo.
                Entonces: ¿De qué sistema de valores podemos hablar y criticar, cuando estamos presenciando cómo se manipula la historia para beneficios políticos mezquinos y peor aún, de cómo se manipuló en el pasado?
                El asunto compañeros está, en que se repiten las persecuciones, las venganzas y los resentimientos en la gente más decente, mientras que los aprovechadores sacan sus ventajas fácilmente.
                A la luz de la falsa historia que podemos ver como se produce hoy tenemos que aceptar que las bases históricas del pasado fueron igual de falsas. ¿Si no, por qué la conducta de los “líderes”, su soberbia es la misma?
                Yo tengo mis respuestas, que expondré en su momento apropiado. Pero lo que me preocupa actualmente son las consecuencias actuales y más aún, las futuras.
                Independientemente de la verdad histórica, el futuro del país es preocupante.
                Se ciernen nubarrones sobre el futuro de los que apoyan al gobierno y de quienes los adversan. El mundo siguió avanzando en una dirección no concurrente a la nuestra y percentiles más, percentiles menos, viene un calambre presupuestario que va afectar a los dos bandos y a mis queridos  aviadores que debaten y pelean hoy, quienes junto a sus familias sentirán la contracción y el dolor que esta produce.
                Dos males no hacen un bien.
                ¿Mejoraría el país si hubiese otro alzamiento similar pero en contra de la actual situación y sacudiésemos de los hombres y mujeres que hoy detentan los soles y las estrellas para ponerlos sobre los que han sido injustamente desplazados y perseguidos?
                ¿Cambiaría eso la realidad presupuestaria y la forma como se tratan en la Asamblea Nacional, los del gobierno con la oposición?
                ¿Cambiaría la forma de manejar en las calles y el trato en los barrios, descendería la delincuencia por tirar otra vez bombas en Caracas y por los aviadores matándose entre ellos?
                La repetición a la inversa, es el fractal. La función objetivo de la que emana el error cultural venezolano del ciclo de venganzas de todo tipo y que aún predomina en las tribus Yanomani desde tiempo inmemorial.
                Los oficiales que enfrentaron a los poderosos de ahora, no obtuvieron ningún reconocimiento, peor aún fueron atacados, destruidos, apartados y desplazados por aquellos oficiales que se escondieron debajo de la cama, que no arriesgaron nada.
                ¿Es distinta esa situación ahora?
                ¿Cuántos generales en jefe ha tenido la Aviación, en qué proporción están en la administración pública, es esa proporción la justa de acuerdo a la participación por componente en los hechos del año 92, sobretodo el 27N?
                ¿Fue distinto en los dos últimos gobiernos antes del 98?
                ¿Antes del año 2004, me vieron ustedes haciéndoles un bojote de pregunticas a una catajarra de nuevos?
                No ¿Verdad?
                Porque ahora ya no tengo la adscripción, ni ningún cargo y los nuevos de ayer son comandantes, coroneles y generales muchos de los cuales están pasando las mismas penurias que yo y otros que en el futuro las pasarán igual.
                Siempre fui igualitario hasta que el subalterno demostraba su mejor condición. Así hicieron conmigo y no fue para mal. Los traté con dureza hasta que demostraron ser fuertes.

                ¿Por qué habré cambiado?
                Porque  los hombres y mujeres que conocí en mi carrera militar, salvo una minoría, tenían una capacidad de redención y rectificación, digna de admiración. No sólo eran valientes físicamente, eran valientes moralmente, por lo menos, hasta que llegaban a general, donde una minoría se acobardaba, primero moralmente y después físicamente.
                Ya todos somos compañeros de preocupación y tratamos de defender nuestras posiciones del año 92 igual que los soldados cruzados morían defendiendo a su caballo muerto.
                ¿Han visto a los “líderes” de la MUD, diciendo: Sí, nos equivocamos, hicimos un sistema injusto que produjo las contradicciones que hicieron posible y hasta necesario una reacción moral en contra?
                ¿Han visto a los “líderes” del gobierno decir que pueden haberse equivocado en algo?
                Yo no he visto a ningún aviador de ningún lado todavía, defendiendo lo indefendible, pero sí por mantener esa lealtad residual, la fe de que los jefes van a recapacitar y actuar bien.
¿Y los políticos?, No, no lo hacen. Medran de los errores del otro. Sólo desean ser gobierno para reemplazar a un mal gobierno fracasado, por otro igual,  a sabiendas que el que sufre es el país. Y mientras tanto, el sistema sigue produciendo el producto para el que fue diseñado: Haciendo millonarios a los políticos y multimillonarios a los que los financian.
                La falta de principios es pues, anterior, actual y posterior, ante hoc y post hoc.
                Así que mis queridos aviadores debemos reconciliarnos, no sólo para sentar principios básicos y ser fieles como lo fuimos de gregarios y líderes de una formación, sino porque es necesario.
                Nosotros sabemos de valentía física y algo de valentía moral(Fernando Falcón dixit).
                La valentía moral fue la que enamoró al país del finado TCnel (Ej) Hugo Chávez Frías, bendita sea su memoria. Al asumir la responsabilidad, creó una imagen de referencia que le ganó el aprecio de los civiles que lo eligieron presidente la primera vez, cuando los militares no votábamos. Betancourt y Leoni, bendita sea su memoria, era valientes moralmente. Ya expresé que los sobrevivientes políticos de los partidos del viejo estatus, todavía creen y pregonan que todo lo hicieron bien y que somos no sólo un pueblo bruto, sino que además malagradecido y que regresaremos como novicia al convento después de haberse escapado con un novio.
                El gobierno está dilapidando la valentía moral que su líder eterno, les dejó como herencia y están empezando a expulsar de sus organizaciones políticas a los que preguntan: ¿Bueno, dónde están los reales?
                Va a ser difícil mejorar la situación nacional, mientras que será muy fácil que empeore. Por eso la redención y la reconciliación deben darse. Debemos dar un ejemplo al que lo quiera seguir y evitar espirales de violencia peores que las del año 92 y las que están asolando a países exportadores de petróleo como el nuestro.
                Hay que hacer esto compañeros más porque es y será necesario, no solo por ser bello.
                El liderazgo civil debe madurar y pasar por un periodo de reflexión. Deben democratizarse los partidos que piensen ejercer el poder y ganarse la subordinación, no sólo la que establece la ley sino aquella que da el ascendente moral. Los líderes políticos no requieren de valentía física, pero sí de valentía moral. Esta es más escasa y más difícil. Nada más por eso es más meritoria.

                Cuando entré en la EAM lo hice con la intención de que la FAV fuera la mejor del mundo. Creía que lo mismo querían los dirigentes del país, me equivoqué y fracasé. Creí y gasté mi juventud en eso que Venezuela debía ser el país del mundo donde todo el resto del mundo quisiera ir.
                Ahora, más cerca del hoyo que del bollo me encuentro que debo luchar aún más, cuando merman las fuerzas y jadea el entusiasmo, no para que vengan los mejores extranjeros, sino para que regresen amigos e hijos amados y queridos. Sí, al igual y junto a queridos superiores, compañeros y subalternos, chavistas y no chavistas, me jodieron, pero no importa, los golpes de niña saben a piña y tenemos que estar unidos para que maduremos como país y corrijamos nuestra cultura y que esa niña, abusada por todos que es Venezuela todavía, se convierta en toda una señorita y después en un gran señora que disfrute de todos sus hijos e hijas, aún de aquellos que perdieron el tiempo odiándose y matándose entre ellos, cualquier día, en cualquier calle,  en la vida de nuestro país.
Ayer pasé todo el día tarareando la Marcha Épica de la Armada. La pasé bien.
“Los laureles manchados con la sangre de los compatriotas no dan gloria”.
Napoleón Bonaparte.
Martín Lon Blanco.
28 de noviembre del 2014.

1 comentario:

  1. El General Lon Blanco pone las cosas en su justa dimensión y es necesario que los civiles también prestemos muchísima atención a sus ideas. Civiles o militares, todos queremos a esta tierra.

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