UNA DE TREINTAYCUATREROS.
VAMPIRE
Sabre
Hawker Hunter
Venom
La razón principal de este largo
silencio en lo referente a aviación militar desde que dejé el servicio activo
por razones que no vienen al caso, pueden hallarse en el “El canto quinto del Infierno de Dante
Alighieri se sitúa en el segundo círculo, donde son castigados los lujuriosos.
Estamos en la noche entre el 8 de abril y el 9 de abril del 1300 (Sábado
Santo), o según otros comentadores entre el 25 de marzo y el 26 de marzo
del 1300.”
(Wikipedia, aunque recomiendo leer toda la obra, entre otras cosas, para que
sepan porqué Francesca y Paolo llegaron
allí)
Este canto,
que se refiere a la lujuria, es fácil
relacionarlo con la aviación de caza, porque amar volar aviones de combate, no
es otra cosa. (Volé con cazadoras desde que era capitán en otros países y ellas
compartían, esta afirmación, además de un deseo muy ardiente de hacer
acrobacias en formación y combate aéreo).
En este canto está un pasaje de
los amantes Paolo y Francesca, (Francesca da Rímini y Paolo Malatesta) quienes llaman la atención
de Dante, porque sus almas, a diferencia de las demás, parecen volar unidas, y “ligeras al viento”.
Dante,
ante lo que Virgilio parece intuir también al mismo tiempo le pregunta a ella,
conmiserándose de su castigo, qué deseos e ideas los trajo a tan azarosa
situación, pero deseoso de saber también qué los llevó a sobreponerse a todos
los peligros y a todos los castigos, a lo que la dulce y bella Francesca le
responde:
…No hay mayor dolor que en la miseria,
Recordar el feliz tiempo…..(vv. 121-138).
Lo
mismo le pasa a un cazador vocacional sin aviones de caza, sea del sexo que sea
y del país que sea. No volar es miserable.
Por
eso, hoy me permito dejar a un lado las
preocupaciones sobre el país, para compartir algo más ligero y gracioso.
Cuando
se fundó el Grupo 11 se recuperó el Diablo Rampante. El Papi Saavedra lo hizo
para honrar al Escuadrón 36, que era del Grupo 12 y había escogido otra figura
menos bastarda, pero la tradición debe ser el contrapeso que estabilice la
innovación, por lo que el Diablo regresó como escudo al Grupo 11. El general
Robayo sostiene que el Diablo rampante ya se usaba en los CR-32 FIAT y que
probablemente antes. También se recuperó el símbolo del Escuadrón 34, Caciques,
cuyos miembros siempre usaban como llamada los nombres de jefes aborígenes, de
lo que después de ellos, sería nuestra Venezuela.
El
nacimiento del 34 fue como un parto prematuro donde se espera un niño y nace
una niña o al contrario, lo cierto es que Venezuela, a la cabeza de la aviación
mundial, iba a recibir los primeros
aviones de transporte a reacción, los Comet del Reino Unido, y había cancelado
su importe. Pero la ciencia de la resistencia de los materiales decidió otra
cosa. El avión, de excelente diseño no
tenía el material estructural adecuado y una serie de accidentes, le quitó a
Inglaterra el primer lugar que con mucho esfuerzo había logrado. Venezuela, a
cambio de los Comet recibió los Venom.
Ya estaban
en Venezuela los F.86F Sabre. Ala flecha, turbina lineal, supersónico, una nave
y un sueño de volar para todo piloto, aún hoy. El Venom, ala semiflecha, doble
cola y turbina radial o de Whittle con
problemas de compresibilidad aún en alto subsónico. Pero peor que todo, parecía
un Vampiro en esteroides, es decir que era un Vampire pero gordo con la misma
quillada adversa, todos los mismos defectos menos algunas virtudes de su
predecesor.
Los
pilotos y técnicos deseaban el Hawker Hunter británico que competía en igualdad
de condiciones con el Sabre y tenía la ventaja de tener una turbina lineal Rolls-Royce Avon, la misma del Canberra lo
que facilitaría la logística.
Pero la superioridad, que
siempre se equivoca cuando no escucha a los subalternos, escogió el Venom, por
lo que pilotos y técnicos, preferían lo malo conocido del Vampire, lo bueno
conocido del Sabre que lo malo que se intuía del Fat Vampire.
Esta vez no hubo muchos
voluntarios y a la mayoría de los que consiguieron, los desamarraron cuando los
dejaron en el hangar. Eso desarrolló un espíritu de cuerpo muy particular y
solidario entre ellos, contra el resto
del mundo y del universo, lo que como Boves, o Jesse James, mejor dicho, les
valió el apelativo de los "treintaycuatreros", cuya única competencia
fue el Escuadrón de Bombardeo B-40. Entre ambos escuadrones escribieron páginas
inolvidables de la aviación y hubiesen sido, sin lugar a dudas, mucho más
efectivos que los Tigres Voladores del Pappy Boyington, si sólo hubiesen tenido
una guerra.
En fin, los pilotos y técnicos
esperaban un perro Doberman o Pitbull y recibieron un San Bernardo con
barrilito y todo.
Pero algunas de sus anécdotas ya
no tienen espacio hoy, mañana contaremos algunas, por lo menos aquellos para
tipo de audiencia “A”, las escenas de sexo y violencia se matizarán. Tal vez
estas nos hagan llevadero lo que los cazadores sufrimos como Francesca, que cuando viejos, recibimos el máximo castigo con
gusto, después de haber hecho realidad nuestros sueños.
Martín Lon Blanco.
Caracas, 3 de diciembre de 2014.
Interesantísima historia..! especialmente el detalle del revés con los Comets que devino en la recepción de los Venoms, episodio totalmente inédito para este lector.. Saludos y por favor siga compartiendo historias y si es posible fotos de las aeronaves FAV...
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