miércoles, 29 de octubre de 2014

Mensaje a dos pilotos.



Exaltación y petición a la promoción Subteniente (F) Antonio José Molina Borrero


Vi y recibí con gran satisfacción y alegría la proliferación de portales de la Fuerza Aérea Venezolana. Allí me reencontré con compañeros a quien la vida nos ha separado, pero sin corroer ni en tiempo ni distancia, esa camaradería y esa amistad.
Por medio de esos portales se han conseguido medicinas, se han hecho recolectas para operaciones, se ha informado de funerales y entierros y muchas cosas importantes más.
Lamentablemente, en un reflejo nuestro  país actual, empezaron a salir resentimientos y viejas querellas. Totalmente inoportunas, porque se dan en aviadores que ya están en el retiro y más cerca de la tormenta final de la que nadie escapa, de la gran igualación.
Todas las comparaciones son odiosas: Yo no voy a comparar aquí a la Fuerza Aérea Venezolana con la Aviación Militar Bolivariana, por las siguientes razones:
1.       Yo estoy retirado y ya cumplí mi misión. Entregué el liderato.
2.       Mis circunstancias son diferentes a los de los oficiales hoy en día.
3.       Las reglas bajo las cuales estuvo mi servicio fueron cambiadas por otras, a las que la historia tocará evaluar.
4.       Sigo considerando que la función militar debe estar subordinada al gobierno elegido en elecciones, eso lo creí en el año de 1992, lo creí en el 2002 y lo sigo creyendo ahora. La indisciplina militar independientemente del gobierno, hace daño a cosas más trascendentales e importantes, más importante que un gobierno es un Estado, un pueblo y su potencialidad.
5.       Detesté, detesto y detestaré a aquellos que buscan romper la unidad de la institución militar porque además de destruir el sistema político, produce daños más perniciosos que atacan al pueblo venezolano como un todo e impide la maduración del liderazgo político y permite la dilución de la responsabilidad del mismo, de las consecuencias de las políticas públicas deficientes que ese gobierno a deponer haya equivocadamente decidido.
6.       Uno de los problemas que arrastra nuestra cultura nacional es valorar el pasado más que el presente y el futuro y yo me he convencido como De Gaulle que el futuro es más importante, sólo porque dura más, aunque uno ya no esté en el.
Hechas estas precisiones, me adentraré en el mal tiempo que tengo en frente y con el mayor de los respetos voy a tratar de contribuir a zanjar un problema, que aunque pasado, tiene relevancia actual como experimento de la ciencia social para ver si la polarización que corroe a nuestra sociedad es reducible, controlable y manejable o canalizable hacia fines positivos.
He leído comentarios donde un subalterno juzga a un superior cosa que siendo todos retirados no revestiría gran cosa, pero lo hace públicamente y peor aún sin el contexto apropiado, porque deja por fuera las circunstancias de ese superior, en tiempo y espacio, en este caso el muy señor General de División Arturo García.
He leído comentarios de superiores juzgando a subalternos cosa que siendo nosotros todos, permanentes visitantes del IPSFA, no revestiría  gran cosa, pero se ha hecho públicamente y peor aún fuera del contexto apropiado porque deja por fuera las circunstancias de ese subalterno, en este caso  el muy señor General de División Arturo García.
Esto lo escribo aquí, aun no siendo el objeto de este escrito, para hacer ver que el problema a tratar esta vez no es aislado, no, no es un cisne negro y los Ad Hominem dirigidos contra el Cunaguaro requieren un artículo exclusivo. Tomando en cuenta los hombres y sus circunstancias como decía Ortega y Gasset, lo que engloba la acción de ese hombre.
El tema de hoy es el mal tiempo. Son los mismos nubarrones que han perdurado cuarenta y seis años y parece extenderse tres años más, hasta el día de hoy,  saliendo como un espíritu maligno de la tumba honrosa  de la FAV para poseer el espíritu y el cuerpo de la AMB.
El problema en cuestión son las consecuencias del problema de la promoción “Subteniente (F) Antonio José Molina Borrero” graduada en 1968.
Ese problema ha sido la relación entre los señores Generales de División Juan Antonio Paredes Niño y Francisco Efraím Visconti Osorio.
¿Qué atrevimiento el de ese nuevo?
¿Cómo se le ocurre?
Entendido.
El problema es que además de contraproducente, establece no solo un mal ejemplo al país como un todo, establece un precedente negativo en las promociones de aviadores del porvenir y después de cuarenta y nueve años es hasta aburrido.
Llevo cincuenta años viendo una misma serie de televisión: Dr. Who, cuya alma transmigra a otro cuerpo, ya lleva doce y ha vivido dos mil años. Ósea, que tengo experiencia en series largas pero esta es entretenida y educativa, por lo menos.
Todo sistema moral moderno y todo sistema legal como producto de este, debe tomar en cuenta lo siguiente:
La lotería de la vida.
1)      Lotería genética.
2)      Lotería sexual.
3)      Lotería de progenitores.
4)      Lotería de hermanos.
5)      Lotería de raza, clan y familia.
6)      Lotería de tribu.
7)      Lotería de la cultura.
8)      Lotería del país.
9)      Lotería de las habilidades y destrezas.
10)   Lotería de los talentos.
11)   Loterías de las oportunidades de estudios.
12)   Lotería del matrimonio.
13)   Lotería de accidentes aéreos y terrestres.
Esto no lo digo yo, sino John Rawls, en su Teoría de la Justicia.
¿Hubiese pasado lo mismo que ha pasado hasta hoy si las suertes de Leopardo y Chagua pudiesen intercambiarse?
¿Hubiese sido todo diferente o por el contrario: hubiese sido igual?
                Esta especulación es la misma que recomienda caminar una milla en los zapatos del otro, o e ver primero la viga en el ojo propio.
                Otra de las cosas increíbles de este desencuentro y su duración hasta para aparecer en los portales, es que ambos lograron el éxito en sus propios términos.
                Por los aviones que volaron, por los cursos que hicieron, por las carreras que estudiaron fueron ambos unos privilegiados dentro de su promoción y dentro de la Fuerza, como quiera que se vea.
                Existe también una motivación personal mía para hacer este intento. ¡Le debo tanto a esa promoción!!!!!!
Mi coronel Ítalo  D´Ambrosio Díaz, el jefe de mi escuadrilla desde nuevo hasta segundo año.
Mi General Gonzalo Gómez García, mi jefe de escuadrilla en tercero y cuarto años.
Mi coronel Roberto Castro Isturde oficial de planta por largos años.
Terremoto (General Boris Omar Saavedra Pérez) mi instructor de Mentor T-34.
Tiramuto (General Antonio María Conde Casadiego) instructor de Jet Provost y T-2D. (Cuando no estaba Mapache)
Zamuro (General de división Gustavo Machado Guzmán) Jefe de Evaluación y chequeador de T-2D.
Coyote (Coronel Fernando Magallanes) instructor de líderes en Mirage.
Mi coronel José Luis Ochoa Vargas como tutor en el ESCUSUP.
Mi general Manuel Piña Tovar instructor de gerencia y decencia.
Mi coronel Sergio Marcano resolvedor de cangrejos logísticos.
Mi coronel Ramón Guzmán Díaz  profesor y consejero de Seguridad Aérea y Terrestre.
Mi coronel José Sulbarán Sánchez, profesor, consejero jurisconsulto.
Mi coronel Ramón Acosta Noriega, instructor de paracaidismo. (sus enseñanzas me sirvieron haste 23 años después)
Leopardo (General de División Juan Antonio Paredes Niño) me dio instrucción en Mirage y F-16 y me dejó mucha disciplina y muchos trucos.
Chagua (General Francisco Visconti Osorio) me enseñó muchas cosas y lo vi recuperar una fase incipiente de barrena en Mirage V DV de la forma más rápida y eficiente, haciendo combate disimilar de dos Mirage contra un F-16.
Guácharo (General Jesús Rodríguez Velázquez) Jefe, asesor y consejero por muchos años, como jefe de Operaciones Aéreas.
                En fin, cómo no agradecerle a esta promoción por tanto que le dieron a la fuerza, cómo no agradecerles, como lo hago ahora otra vez, todo lo que hicieron por mí.
                Hoy el país pasa por circunstancias donde el diálogo, la empatía y la compasión son  los instrumentos en que hay que meterse a volar para salir de esta borrasca. Es la hora de dar el ejemplo otra vez, en algo tan pequeño como estos portales de aviadores.
                ¿Cómo nosotros que volamos juntos, comimos lo mismo, dormimos en el mismo grupo no podemos hacer este esfuerzo?
                Lo peor de todo fue un comentario inicial  de que Leopardo se había muerto. Yo no estuve nunca en una Fuerza donde uno se felicitara y se alegrara del mal ajeno, el vil y bajo sentimiento que Freud denominase Schadenfreude, el sentimiento innoble de felicidad por la mala fortuna de los demás o del otro.
                Sí esto es un desencuentro que ha de terminar de uno parado felicitándose sobre la tumba del otro, por lo menos yo como gregario, traté de que no fuese así y Dios no permita que eso pase o que yo lo vea.
Si levanto algún malestar y me mandan al carrizo, Ok, de mejores lugares me han botado.
 En ese caso rompo de la formación, hago QSY y me les reúno supersónico a la formación Guácharo, que en los planos tienen  Coyote de número tres, coronel Ochoa Vargas de dos y al coronel DÁmbrosio que va de cuatro. Me les pego y voy tranquilo y confiado porque son hombres sencillos en quienes no cabe falso orgullo y ellos, ellos sÏ, sí tienen un master y un doctorado en injusticias, que más que afectarlos a ellos y a sus familias, afectaron la moral y el desempeño general de nuestra ya pasada Fuerza Aérea.
                Había un artículo que hablaba del oficial que buscaba el bien común y la concordia que era lo deseado. Ustedes, Leopardo y Chagua ó Chagua y Leopardo me enseñaron lo mismo. Tienen la oportunidad de dar un ejemplo de despolarización, sin dejar de ser quienes son ni humillarse en forma alguna. Yo defendí la celebración del 10 de Diciembre no por la fecha en sí, sino porque ese día, en que todo aviador trabajaba en equipo, parecía un solo cuerpo, los corazones latían al mismo tiempo y se deseaba lo mejor para Venezuela. Al perderse esa unión, al perderse ese espíritu y ser sustituido por el del resentimiento, la ira o el revanchismo, se prostituyó para mí la fecha y como no me voy a alegrar de la tragedia ajena, pues prefiero no celebrar nada, ningún día.
                Ya es hora de dejar que los muertos entierren a los muertos y como decía Goethe: Sobre las tumbas, ¡¡¡¡avanzad!!!!!
                El más bravo, el mejor es el que llame y se disculpe primero.
A lo mejor al fin sabremos quién es verdadero “primero” de esa promoción. Ahora que ya no importa.

miércoles, 22 de octubre de 2014

La verdad social: ¿Cómo superar la IV y la V?



Aproximándonos a la verdad.
Todos podemos creer que tenemos la verdad y puede ser cierto, el error es que tenemos una pequeña parte de ella pero como es nuestra, la sentimos muy grande.
 Hay verdades emocionales y hay verdades racionales. Aunque un pueblo o una nación suelen erigirse sobre una emoción compartida por sus miembros, bien sea de orgullo, amor u odio por otro grupo, lo cierto es que para organizar su vida social de a diario se necesitan verdades racionales compartidas.
De allí que para compartir cierto lenguaje común debo dedicar este tiempo a los seis filtros de la verdad.
1)      Consenso.
Es la sabiduría convencional, la de la manada. Es muy cómoda porque no crea conflictos, no requiere esfuerzos de pensar ni analizar, por lo que el cerebro no consume altas cantidades de glucosa.
Estas verdades de consenso suelen ser peligrosas, por ejemplo: Confundir a Hernán Cortés con Quetzalcóatl, o creer que al llegar a lo que se llamaría después América era la India. “Mil millones de moscas no pueden estar equivocadas”.
2)      Consistencia.
Si encaja o “cuadra” con otros hechos verdaderos debe ser verdad también. Este filtro es que hace y ha hecho posible todos los engaños operativos militares en la historia de la humanidad y de todos los timos y estafas. Puede ser perfectamente creíble y al mismo tiempo perfectamente falso.
Si sale alguno y dice por ejemplo: “El rey no tiene ropas”, la mayoría creerá que la “verdad” ha sido manipulada y aceptará que el rey está desnudo cuando no le quede más remedio.
3)      Autoridad.
Se cree que el que sabe es el que está en el tope de la pirámide de la jerarquía. El Papa es infalible. “Acaso Va  saber usted más que el doctor”.  “El Führer  tiene armas secretas, la derrota es imposible”, “El Duce siempre tiene la razón”, etc, etc, etc.
Todos los expresidentes de Venezuela al serlo, comparten el sambenito de que eran unos ineptos y no sabían nada, eso es injusto, pero ellos mismos facilitaron este error comportándose como los aduladores necesitaban  que ellos se comportasen: Como si fueran infalibles, omniscientes, eternos, irreversibles  e insustituibles. Nadie lo es.
4)      Revelación.
La gente tiene que aceptar lo que se les dice porque el “libro” dice que es así y esa es la “palabra de Dios” ó de algún otro dios o dioses. Por eso existen reinterpretaciones  de nuevos significados dados a “nuevos profetas”  ó nuevos “Mesías”,  que tienen su camino a Damasco donde tienen una “revelación mística” como la profetisa Xhosa Nongqawuse.
5)      Durabilidad, Historia.
“Esto ha sido siempre así”, ¡Ahí está la vaina”, “Yo sabía que esto iba a pasar”, “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. La autoridad es el pasado, la historia. La historia como ciencia cuando es una narrativa interesada la mayoría de las veces. Sin embargo, se ha demostrado (Kors) que las ventajas de Occidente se lograron en mayor parte por desautorizar el pasado. El único éxito de Nelson Mandela fue destruir este filtro para la creación del nuevo Estado sudafricano y sin quitarle méritos de ninguna manera, siendo él Xhosa no fue gran cosa ya que todo Xhosa culto de hoy en día tiene en su mente el peligro de este filtro junto el de la revelación. Mándela vengó a profetisa Nongqawuse, lavó el error de esta y no mató ni persiguió para vivir.
Venezuela junto a Rusia son las excepciones en lo que a concepción del tiempo se refiere, son los dos países donde el pasado pesa más que el presente y que el futuro y que se trabaja en el presente para cumplir unas profecías hechas en el pasado pero incumplidas por pura maldad hasta el día de hoy y eso hace que no se aproveche el presente para un futuro mejor, por eso cuando llega el “futuro” nos agarra a los venezolanos de espaldas, viendo para atrás.
6)      Ciencia.
Depende de pruebas y experimentos repetibles. Es peligrosa porque los otros filtros no requieren de inteligencia ni de dedicación y permiten a los más mediocres ascender a posiciones altas, manipulando los otros filtros. Es el sistema más amenazado pero es el mejor.  Los casos de Copérnico, Galileo y tantos otros como Tesla, son el mejor ejemplo de esto y de los cambios que se hicieron en el mundo, sin dejar por fuera a Newton, Einstein y Turing.
Esto que puede parecer muy obvio no lo es.  El filtro de la verdad que prevalezca en una sociedad marcará notablemente el tipo de riqueza y la cantidad de esta que produzca.
El grado de conflictividad de esa sociedad dependerá del nivel de alfabetización científica y alfabetización funcional y operativa de la misma.
El sistema judicial dependerá del filtro que se utilice sobre todo para poder balancear la tradición que es importante pero que calcifica y anquilosa en exceso con la innovación que neurotiza y desestabiliza en exceso.
La resistencia al cambio es inversamente proporcional al orden de los filtros aquí mencionados, una sociedad científica se adapta mejor a los cambios y los ve como oportunidades. Una sociedad tradicionalista, fijada en el pasado y basada en el consenso a juro,  temerá y desconfiará de cualquier cambio.
La debacle de la llamada IV República se debió grandemente a esto. Una minoría por más científica y educada posible, no fue capaz de controlar la nave del estado y al fin produjo unos efectos totalmente inesperados a los previstos: La destrucción de las instituciones democráticas tradicionales, como lo fueron los partidos políticos, la fractura de las fuerzas armadas, única institución multirracial y multicultural con tradición y memoria corporativa, la Presidencia de la República, la única que trató de ser recuperada de las tres nombradas y puso la mesa para la destrucción de las demás instituciones que habían sido exitosas, se eliminó al personal con formación científica y se regresó a estadios superados de ignorancia, inclusive los más modernizantes, por atarlos a un plan del pasado no cumplido desde hace doscientos años y a una ideología fracasada hace setenta. Todo eso pasó por destruir también al hombre que creyó que el país estaba preparado para esos cambios.
Ya para la próxima entrada, tocaremos tópicos más calientes.

Para los que quieran saber más: