RECONCILIACIÓN IV.
Los
problemas humanos, requieren soluciones humanas. Humano es hablar. Conversar, charlar y dialogar, pueden ser sinónimos pero a nivel
muy superficial
En
profundidad no son la misma cosa, no son similares en todas las connotaciones.
Cuando
existe un problema entre dos o más grupos, el grupo poderoso y dominante puede
sermonear o monologar, si ese poder no lo es tanto, debe dialogar, no porque
sea bueno o deseado, sino porque es necesario.
¿Pero
qué pasa cuando la condición de ambas partes ha deslizado por la peligrosa
pendiente del conflicto y la intolerancia, lleva a pensar que se le debe imponer por la
fuerza la visión al otro bando y someterlo y si no se puede, destruirlo?
En esa
condición el diálogo no lleva a ninguna parte, porque el diálogo significa
etimológicamente dia (a través), logos (tratado). Eso lo hemos visto por TV en
cadena, el gobierno ha llamado al diálogo pero en la reunión ha hecho un
monólogo, pero ha soportado a su vez, los monólogos de los que han intervenido,
pero sólo ha quedado claro que hay dos visiones del mundo excluyentes la una de
la otra , donde cada bando ha dejado claro que no van a cambiar su modo de
pensar y por la tanto, tampoco su modo de ser y consecuentemente, tampoco
cambiarán su modo de actuar.
Un uroboros maligno, el can Cerbero
corriendo en círculos detrás de su propia
cola que termina en la cabeza de una serpiente venenosa que puede matarlo
incluso a él mismo. Un círculo vicioso, que lejos de demostrar conocimiento
marxista o capitalista, demuestra una soberbia omnisciente y omnipotente. Es el
falso dios de la soberbia, de la prepotencia de nosotros los venezolanos donde
el poder hace el papel del agua después de la medianoche, para esos animalitos
espilberianos que de buenos pasan a malos, que son los Gremlins.
Por eso
no llegaron a nada. Fue una competencia entre dos soberbias, entre dos
omnisciencias negadas a reconocer no sólo la opinión del otro, si no a la predisposición
de no darle la razón al otro, aún teniéndola y sabiéndolo.
Mientras
tanto, las balas matan y hieren, hay escasez de productos, hay colas donde la
gente pierde la solidaridad, el respeto y la decencia y muchos, votan con los
pies y emigran.
Yo les
pediría que se sentaran primero a conversar. No a buscar una lógica superior,
ni convertir al otro a su ideología, sentarse a compartir pensamientos y “versar”,
a darles vuelta a los asuntos: reunirse a dar vueltas. A buscar no cambiar al
otro, sino a aprender de él para cambiar y hacerse mejor uno mismo. Demostrar
que ante la prueba, se tiene la flexibilidad de adaptar el punto de vista
propio y que ese cambio se traduzca en la solución de problemas concretos.
Así, se
podrían vertebrar acciones cooperativas y no competitivas, en las áreas que
flagelan a tirios y troyanos, que llevaran al reconocimiento público y la
admiración de tener un buen gobierno y una buena oposición.
Hecho
esto, entonces los asambleístas podrán dialogar en la Asamblea lo que les pluguiese.
Todos
saldríamos ganando.
Martín Lon Blanco.
Caracas, 16 de noviembre
de 2014
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