martes, 11 de noviembre de 2014

ALGO DE POLÍTICA RACIONAL.



RECONCILIACIÓN III.
                Si hay algo importante en toda condición de competencia entre humanos, es saber la teoría de la mente, de amigos y especialmente de los adversarios.
                Somos en parte, lo que creemos que somos más lo que los demás creen de nosotros.
                En el escrito anterior, se dejó en el aire la siguiente pregunta:
¿Quién sabe más la oposición que la coalición de gobierno o si es al revés?
                La respuesta es obvia. La base electoral del PSUV, es mayoritariamente “tuky” y estos han trabajado en casa de los “sifrinos”, desde hace mucho tiempo y hasta por generaciones. Conocen cómo viven, sus hábitos alimenticios, sus pecadillos y saben la imagen que de ellos los “tukys”, tienen los “sifrinos”.
                Los sifrinos, por lo  general, viven una parte del año trabajando en Venezuela y moviéndose en enclaves de su propia clase, por el miedo serval que le tienen a los no sifrinos. Ahorran lo que pueden para salir al Primer Mundo del que se sienten parte, ya que la distancia cultural es muy pequeña, mientras que con los tukys es astronómica. Comprar su ropa en Miami o la Florida la gran mayoría y se mueven como peces en el agua. Se saben la dirección de todos los Malls, después de una orgía consumista para tener lo que se va a usar por un año, gastan a manos llenas, con gusto, porque creen que los tratan como se merecen. No conocen mucho de Venezuela, salvo lugares preparados de alto costo, por la misma inseguridad con que los tukys han venido tratando de igualarse, y en este proceso, perjudicándose ellos mismos, mucho más.
                Lo anterior no es criticable per se. Todos los primates homínidos funcionamos por comparación y la analogía es la forma más simple de esto. Los sifrinos desean en el fondo, lo mejor para su descendencia y la mayor capacidad de uso del principio del placer y la disminución del dolor. Muchos tukys con poder gubernamental hacen lo mismo y por las mismas razones, por lo que tampoco es criticable o censurable.
                Muchos de esos sifrinos no saben ni han ido nunca a Catia o Petare, e indudablemente, buenas razones del instinto de supervivencia, recomiendan no hacerlo. El problema es que esto acentúa una visión asimétrica y desproporcionada de la modernidad es la  que atenta contra los mejores fines de la Nación, para ir haciéndola más vivible y disfrutable.
                Como un avión despegando de una pista corta, necesita la máxima potencia al momento del despegue y si la zona es montañosa o tiene obstáculos, también requiere de la máxima potencia para ascender más rápido. Ya obtenida la altura y velocidad de crucero, el peso del combustible empieza a bajar y se requiere aún menos potencia de los motores para mantener la velocidad y altura deseadas. Ya cuando se inicia el descenso, se está en una condición de exceso de potencia disponible porque el avión está más ligero y así hasta el aterrizaje. Si hay que irse al aire, pues la relación potencia peso favorece al avión, su capacidad de ascenso y maniobra es muy superior a la que tuvo durante el despegue.
                Esa analogía puede hacerse con los países. Al comienzo se requiere un esfuerzo tremendo de todos sus habitantes y estos esfuerzos no dan frutos muy apetitosos, esto se mantiene así mientras el país no haya desarrollado el conocimiento generalizado para explotar sus ventajas, pero después que lo ha hecho, el esfuerzo de cada ciudadano para sustentar el país es mucho menor, por lo que puede dedicarse a actividades más particulares y aun así, seguir favoreciendo al país.
                Eso en esencia, con guerras y tropiezos, es la historia de los países exitosos del Primer Mundo.
                Por supuesto, debe existir una partitura que coordine los esfuerzos para fines secuenciales y lógicos y un director de orquesta o líder, y parece mentira, allí está nuestro problema mayor.
                Venezuela, Colombia, Brasil y otros, estarían mejor si supieran al menos:
                ¿Dónde está el piloto?

MARTÍN LON BLANCO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario