viernes, 5 de agosto de 2016

Guardia Nacional: Sin mirar al abismo.


 Guardia Nacional: Sin mirar al abismo.


Nietzche decía algo así como que no era bueno mirar mucho al abismo, porque el abismo terminaba viéndote a tí. Hay cosas que no me gustan en absoluto, pero no fijo mi atención sólo en el abismo, porque hay otras cosas que llenan el corazón y el alma y hacen llevadero tanto el castigo como la enseñanza. No me canso de repetirme yo mismo, con el simil del Patriarca Abraham de la advertencia que le hiciera El Creador, de que Sodoma y Gomorra iban a ser destruidas. La moral de Abraham también era insondable: se atrevió a regatearle al Todopoderoso, yendo mucho más allá de sus propios intereses y a pesar de que ambas ciudades lo habían tratado muy mal.
Abraham le pregunta as Señor de los Ejércitos:
-¿Destruirás tu propia creación si hay cincuenta justos en la ciudad?
El único Eterno le contesta:
-No la destruire si encuentro cincuenta justos.
Abraham siente que podía ir más allá:
¿Y si faltasen cinco para los cincuenta la destruirías?
No, si hay cuarenta y cinco justos.
¿Pero si hay treinta?
No, si hay treinta.
¿Pero si hay veinte?
¡Qué no! Si hay veinte.
Invocando la paciencia del que Es:
¿Y si se encuentran diez?
No destruiré si encuentro diez.
Siete veces insistió Abraham, pero como hombre conocedor de los hombres y tal vez sorprendido de su propio atrevimiento, no osa bajar de allí.
Hoy en el aniversario de la Guardia Nacional, veo diferentes opiniones, desde nostálgicas evocaciones, hasta anatemas.
Me siento y pienso:
Regulo H. Diaz Vega, Wilfredo Barroso, Héctor Rodríguez Brito, Dávila, Depablos, Chirinos, Carrasquero Aumaitre, Pérez Gerardo Jose Perez Pernalete, Ferreira, Andés Borden, Desiderio Ramon Aparicio, Edgar Bolívar, Pelo Pincho, Pollo Tieso, los compañeros del IAEDEN, los Guardias que me acompañaron en los dos grupos de tareas, los que me auxiliaron a llenar una Cessna 182 en Santa Bárbara del Zulia, los que me recibieron con todos los aviones de caza en Margarita por tantos años. Superiores, compañeros y subalternos.
En mi humilde lista y parte, si cuentan bien, verán que excede por mucho los cien y los mil. Tal vez los diezmil.
Yo no hubiese tenido los arrestos para haber regateado jamás y nunca con el Omnipotente y ni empinandome sobre los hombres de los hombres que admiro y sigo puedo llegar a la suela de una sandalia de Abraham, pero llamo a la reflexión callada.
Ojalá que algún día aquellos que han caido en el abismo del abuso, corrupción y violencia, que son los menos, se vean el parche que ponían antes mis compañeros aquí nombrados, donde salía un ave Fenix, al mismo tiempo de los que se lo ven ya, aún en medio de la situación actual, se apegan al honor que es su escudo y fortaleza. Esos son los mas. Y así justos y redimidos se reunan con los que humildemente he recordado y citado hoy y que tal vez en una exageración humana pero al menos bien intencionada, me permite afirmar por experiencia propia que hubiese bastado uno solo de ellos para que las ciudades de la historia bíblica, hubiesen sido perdonadas.
Feliz día a mis admirados, brillantes y siempre recordados compañeros de la Guardia Nacional. Yo sigo viendo su luz.

2 comentarios:

  1. Como siempre sus palabras iluminan...los faros y ahora los bombillos se miden por candelas, una unidad de medida luminica, pues bien su articulo de hoy tiene mas candelas que el faro de Punta Brava....abrazos fraternos.

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