Iván
Jiménez Sánchez. Requiem militarum
I
«Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat
eis»
(«Concédeles el descanso eterno, Señor, y que brille para
ellos la luz perpetua»).
Requiem
aeternam dona eis, Domine,
et lux perpetua luceat eis.
Te decet hymnus Deus, in Sion,
et tibi reddetur votum in Ierusalem.
Exaudi orationem meam;
ad te omnis caro veniet.
Requiem aeternam dona eis, Domine
et lux perpetua luceat eis.
et lux perpetua luceat eis.
Te decet hymnus Deus, in Sion,
et tibi reddetur votum in Ierusalem.
Exaudi orationem meam;
ad te omnis caro veniet.
Requiem aeternam dona eis, Domine
et lux perpetua luceat eis.
Dales
Señor, el eterno descanso,
y que la luz perpetua los ilumine,
En Sion cantan dignamente tus alabanzas.
En Jerusalén te ofrecen sacrificios.
Escucha mi plegaria,
hacia Ti quien van todos los mortales.
Dales Señor, el eterno descanso,
y que brille sobre/para ellos la luz perpetua.
y que la luz perpetua los ilumine,
En Sion cantan dignamente tus alabanzas.
En Jerusalén te ofrecen sacrificios.
Escucha mi plegaria,
hacia Ti quien van todos los mortales.
Dales Señor, el eterno descanso,
y que brille sobre/para ellos la luz perpetua.
Ha pasado algún tiempo ya del deceso del general de
división Iván Darío Jiménez Sánchez.
El exilio, siempre, amargo, se amargó aún más con tan
infausta noticia. Había perdido el mundo a una gran persona, a un ser honesto y
decente, había más viudas y huérfanas y se había perdido un amigo.
Pero la pérdida no se quedaba allí. Desaparecía una referencia
moral y militar concreta muy superior sólo por eso, de cualquiera imaginaria, histórica,
siempre difuminada y deformada por las anécdotas y las leyendas.
Muchas esquelas, muchos obituarios, todos ciertos, todos sentidos,
pero todos incompletos.
Ataques rastreros en privado, ataques en público por los
medios de propaganda de la oclocracia autoritaria y totalitaria que asola a
Venezuela.
Una Venezuela que muchos pueden merecer, pero no Iván
Jiménez Sánchez.
Ya expresé que se han publicado muchas notas biográficas,
bastante detalladas, ruego al lector, que si eso es lo que cree que va
encontrar aquí, no siga, porque pretendo ir a otra parte y pretendo llegar a
otro lado.
En la vida su puede pasar a la historia o al más seguro
olvido de varias maneras.
Llevar una vida de regularidades, de constancias y mantener
esa conducta correcta por la mayor cantidad de tiempo.
Otra tener una vida corta pero intensa, donde lo hecho en
un período es de tal importancia y de tal heroísmo, que sobrepasa en calidad,
la cantidad de lo extenso.
La vileza, poca hombría y falta de educación y respeto de los
criminales y traidores que hoy gobiernan en Venezuela que empezaron el mismo día
de la muerte de Mi General, a dar muestras de su júbilo rastrero, de sus
ataques ad hominem con el agravante de que la víctima no podía ya defenderse.
Con la vesania y avilantez de siempre, lamentablemente,
lograron cortar mi duelo y mi dolor y tuvieron éxito inyectándome veneno como
es su verdadera ofídica naturaleza y por mi sangre corrían al mismo tiempo, la
indignación, la rabia y el reclamo al Creador por la justa venganza. El eterno
enigma de la felicidad de los impíos.
Pero en medio de esa vorágine, los ápices de calma y juicio
me convencieron de destruir lo que había escrito, porque si bien es cierto que
siempre cumplí mi deber hacía mi superior, él ya no estaba, por lo que ese
deber se transfería por la ley del honor, a su viuda, a sus hijas y a sus
nietos. Ya tenían bastante con los energúmenos de mala fe para sumarles otro,
aunque este último de buena fe, lo fuera.
Decidí esperar hasta el 27 de noviembre, fecha donde las
hienas se reúnen a celebrar una derrota que los catapultó en un país mediocre y
quebrado moralmente, a las alturas del poder y la más inmoral e impúdica
riqueza.
Usan esa fecha como un aquelarre para agradecerle al Diablo
que el país que hoy asolan, arrastran y sumen en lo más bajo de la condición
animal, NO ERA EL PAÍS QUE IVÁN JIMÉNEZ SÁNCHEZ HABÍA SOÑADO QUE FUERA, NI
AQUEL POR EL CUAL HABÍA TRABAJADO Y SACRIFICADO TANTO.
Pero el destino hace jugarretas y en el destierro más.
Deberes de vida y supervivencia impidieron el justo reconocimiento en ese
momento, pero todo tiene su momento bajo el Sol y el de este homenaje es ahora.
1990-1991
Conocí al General Iván Jiménez por referencias, todas
buenas: Escuela de Aviación Militar, Guerrillas, Grupo de Operaciones
Especiales Nº 10, Conquista del Sur, miles y miles de horas de vuelo, miles de
días de comisión, miles de horas en el patio de la Escuela. Todos los días
trabajando antes que el sol saliera, siempre acostándose después de la mayor
oscuridad. Me hubiese gustado trabajar con él.
Hasta que llegó el momento del encuentro. Yo era Mayor y el
General de Brigada. Yo sabía que era un hombre recto, hombre univocacional con
un espíritu donde se fundían en igual proporción una moral ciudadana impecable
con el más alto espíritu militar y aeronáutico. Todo en una sola pieza, todo en
un solo bloque.
Había yo, regresado del intercambio PEP con la US Navy y
como debía ser, fui asignado al Grupo Aéreo de Caza Nº 12, al Escuadrón 35
Panteras, donde estaban asignados los T-2D. Habían bastantes alumnos y la
sempiterna cola de pilotos en espera de clasificación. Yo anhelaba hacer un
gran trabajo. Iba a ser mi desquite de la cola de subteniente, era mi soñada
revancha, la segunda oportunidad del destino.
Los aviones habían sido trasladados a esa Base unos años
antes. En el trasplante del sistema a la Base Aérea de Barquisimeto, las órdenes
y planes de traslado en el papel, eran perfectos.
En la práctica la realidad operacional era horrible.
Una secuencia de mentiras, una sobre otra, una detrás de otra,
donde se exigía cumplir la misión de formar pilotos con aviones parcialmente
equipados o NO equipados para cumplir la
misma y un personal técnico incompletamente adiestrado. La situación era
tenebrosa para los dos sistemas de armas allí, para los F-5 y para los T-2D.
Leí todo lo que dejaron quienes me precedieron. Excelentes
pilotos, excelentes oficiales de mantenimiento, de ellos, dos que tenía en gran
admiración y estima y que terminaron pidiendo la baja y con los que había
compartido muchas misiones y horas de vuelo en los F-16. El Mayor Arnaldo
Certaín Gallardo y el Capitán Guillermo Camejo Matute.
Lo único, inequívocamente bueno en la situación
operacional-mantenimiento-abastecimiento-militar era la presencia del Coronel
Omar Emigdio Parra Pérez como comandante del Grupo Aéreo de Caza Nº 12.
La Base se había acostumbrado a un tempo operacional
bajísimo, la moral había sido sustituida por la resignación y la consecuente
ley del mínimo esfuerzo. El chisme y la murmuración eran la orden del día.
Cuando trataba de expresar mi preocupación ante la falta de
argumentos, se me contestaba que yo quería que esa base fuese como la de la
Marina Americana y yo les decía que no, que yo de teniente ya tenía más de mil horas
en T-2D, que ya había estado en el G-12 y que los comparaba con esos Grupos más
el G11 y G16. Aducía que ya habían ocurrido accidentes y podrían ocurrir más
por la situación insegura de abastecimiento y mantenimiento cuyo nivel de
abandono, para mí era CRIMINAL.
Hablé y apelé dentro del Comando de Operaciones Aéreas. Un
querido superior, quien había sido mi instructor de vuelo me dijo que había que
cumplir la misión así, le dije que no era posible, se molestó y me dijo que él
en los Vampiro trabajaba con las uñas, yo con el mayor de los respetos y el
tono de voz apropiado, ya parado firme a cuatro pasos, le contesté que YO NO ME
HABÍA METIDO A LA EAM PARA SER MANICURISTA Y QUE A MI NO SE ME IBA A MATAR
NINGÚN NUEVO NI ME IBA MATAR YO PARA TAPAR LA INEPCIA DEL SISTEMA LOGÍSTICO QUE
HABÍA CREADO ESAS CONDICIONES Y QUE SI LOS PILOTOS LE IBAN A TENER MIEDO A UNOS
KIWIS LADRONES EN TIEMPO DE PAZ, MÁS MIEDO LE VAN TENER A LOS PILOTOS DEL OTRO
PAÍS QUE VAN A ESTAR MEJOR EQUIPADOS EN TIEMPO DE GUERRA, QUE LO QUE YO REPORTABA
ERA CIERTO Y QUE ESO HABÍA HECHO QUE
CERTAIN Y CAMEJO SE FUERAN DE BAJA.
Me dijo, gritando como un tenor, que me fuera de allí, cosa
que hice y cuando salí de la oficina, estaba un gentío asomado de las otras
oficinas tratando de saber dónde era el lío. Eso fue tremendamente desagradable para mí,
pero vi la foto de un tío padrino que había sido comandante del COA décadas
antes y supe que estaba haciendo lo correcto y que efectivamente me podía pasar
los mismo que a mis antecesores, con la diferencia que yo iba a formar un
zaperoco con todo lo que pudiera. “Yo soy pequeño, pero tengo un alma y cuando
mi alma empiece a proferir gritos, todos se van a voltear para oírlos” Giovanni
Pappini.
Ya en ruta al G-12 empecé a rumiar y a ponderar cómo ganar
la batalla sin necesidad de sacrificios humanos y llegué a la conclusión que la
única arma era apelar al sentimiento aeronáutico de los superiores.
Reuní a mi personal y recopilé todos los informes, reportes
SAT, Incidentes, Situación Logística, órdenes de compras no satisfechas, aunque
ordenadas y presupuestadas Y PUSE LA HISTORIA CON PELOS Y SEÑALES DE LOS
TRABAJOS DE CERTAIN Y CAMEJO quienes tuvieron que hacer vacas y rifas para las
persianas, carteleras y materiales de instrucción de la Escuela de Combate. Le
puse como título “La Chiva”.
Ese título lo tomé de un avión que se reconstruyó con las
partes y piezas de todos los que se habían caído o accidentado y los técnicos y
pilotos lo volaron en una “conspiración” con el Sr. Florencio Gómez Núñez
(quien era mi amigo personal), para que los viera el Benemérito y echara para
atrás la eliminación de la Aviación como soñaban los carcamales del Ejército y
que hoy, por los hechos, aún sueñan.
El Avión voló y Juan Vicente Gómez no eliminó la aviación y
la reaprovisionó. Renació más fuerte. Para que la matara Visconti.
Hice el informe y lo pasé. El órgano regular trató de
conminarme a desistir con el argumento de que eso iba a acabar con mi carrera y
yo contraargumentaba que lo que iba a acabar con la carrera y vida de todos era
un accidente, que era temerario, inmoral e irresponsable, volar los aviones así
y mucho más, obligar a los subalternos que lo hicieran y que además yo no había
pensado en “mi carrera” nunca y que no iba a empezar ahora.
El informe pasó por el COA y llego al Comando General, de
allí se pasó al Estado Mayor. En el COA un oficial muy querido que después
resultó ser un traidor y que odiaba al General Iván Jiménez Sánchez a quien
atribuía su retardo, por una problema de hace 20 años en la EAM, me dijo que me iban a botar, que me viera en
su espejo y que por eso, el informe le iba a caer al General Iván Jiménez para
que me cortara la cabeza.
Le di las gracias de corazón, pero que no había marcha
atrás y que si iban a preferir botar a un oficial por decir la verdad para
defender a unos ineptos y a unos ladrones del COL, entonces no eran superiores
míos nada, eran inferiores más bien y me hacían un favor botándome.
Al día siguiente era la reunión en el Estado Mayor pero la iba
a presidir el General Iván Jiménez. Un gran instructor que estaba en la
Dirección de Operaciones del JEMGA que había pasado por el G-12 me dijo que
cuidase el tono y escogiese bien las palabras, que me mantuviese frío y no me
despegara de la exposición de Harvard Graphics que había preparado y este
superior me la había revisado y aprobado.
El General Iván Jiménez entró a la hora en punto. Todos
estábamos de pie y nos mandó a sentar y a continuación preguntó:
¿Ya se leyeron este informe los señores oficiales?
La respuesta unánime fue sí.
Entonces repitió la pregunta y empezó a chequear por
repartición.
¿Operaciones?
¿Logística?
¿Inteligencia?
¿Personal?
Todos asentían.
Después preguntó si alguien tenía dudas, críticas o
sugerencias. Nadie dijo nada.
Entraron unos generales del COL y unos coroneles.
Traían una copia del Informe la Chiva.
El General Iván Jiménez se dirigió a los oficiales y les
pidió que fueran a una página de requerimientos específicos. Todos lo hicieron,
yo traté de abrir la boca para decir que había un gráfico en la presentación,
pero el instructor ángel de la guarda me dio una patada de tarjeta roja por
debajo de la mesa para que me callara la boca y la mantuviese así.
El General Iván Jiménez iba ítem por ítem y los logísticos
sacaban e iban a buscar papeles y facturas y el general sin dar muestras de
disgusto señalaba los errores cometidos y sólo levantaba la voz cuando salían
excusas de ciencia ficción.
Se estableció volver a hacer las solicitudes para el día
siguiente. Y todo lo que no pudiese comprarse en Venezuela se procesaría de
inmediato y que lo que se podía conseguir en el país me lo TENÍA QUE LLEVAR YO
MISMO PASADO MAÑANA AL G-12.
Dijo que ese informe no lo debía haber pasado yo, sino en
el G-12 muchos años antes del traslado de los T-2D y que si no se tenía ese
mínimo no los debían haber sacado de BASUCRE, que un error no se corrige con
otro error y dos males no hacen un bien. Dijo clara e inequívocamente que a él
no le habían dado la información verdadera nunca. Que había habido negligencia
y que por andar con el cuide tampoco se le había informado al Comando superior
las deficiencias y que ahora eran muchas.
El general Iván Jiménez preguntó si alguien tenía dudas o
sugerencias. Nadie dijo nada. Entonces levantó la reunión hasta el día
siguiente a la misma hora.
Unos cuantos oficiales que nunca en mi vida los había visto
en Maracay, ni Barquisimeto ni en el GEA ni en la EAM, ni en ESCUSUP, cuando salieron
me veían como gallina que ve sal o como decía el General Justo Saavedra como
homosexuales depreciados. Dos de ellos llevaban unas cadenitas en la muñeca derecha,
esclavas de oro, no permitidas en nuestros uniformes.
Los superiores pilotos de la Dirección de Operaciones y de
inteligencia estaban exultantes: ¡¡¡Por fin lea van a tirar algo a los T-2D y
F-5!!!!!!
Ese día no cruce NI UNA PALABRA CON EL GENERAL IVÁN JIMÉNEZ
SÁNCHEZ.
Al día siguiente estaban todas, las órdenes, planes,
solicitudes AOG y demás hierbas. Habían dos camiones cavas con material de
intendencia, herramientas especiales y de todo. No cabían nada en mi carro
salvo cuatro pcs los printers y consumibles. Nunca vi tal diligencia, ni tal
prisa. Yo no lo podía creer y contaba y recontaba. Como estaba comprobando el
material, tampoco ese día cruce palabra alguna con el General Iván Jiménez.
Cuando iba saliendo le dijo a los oficiales que ese informe “La Chiva” lo
debían usar como modelo, tanto gerencial como doctrinario y que me felicitaba
por eso y que siguiera así.
En ese momento hablé por primera vez. Dije: “ENTENDIDO”.
No me gané ninguna patada bien intencionada esta vez.
Con los papeles en la mano me fui al COA y ya teniendo el permiso de mi comando, hablé con
el General Graterol le mostré todo y me felicitó también, pero sacando la
cuenta con lo del COL y la orden del Comando General de todas maneras se iban a
tardar de seis a ocho meses aún usando el sistema FMS del Peace Delta por lo que lo mejor era poner
a volar los pilotos en cualquier unidad porque era mucho tiempo sin volar o de
vuelo esporádico. Ya había un anexo de la “Chiva” para el reentrenamiento de
pilotos. Ocho para el GEA seis para el G-16, incluido el oficial de intercambio.
Eran los únicos grupos con horas de vuelo.
Todo iba perfecto hasta el mes de julio. Faltaban sesenta
días para el plazo.
Ese mes ascendió el general Iván Jiménez a General de
División, lo transfirieron al Ministerio de la Defensa, siendo el único oficial
de la FAV ascendido a General de División.
A mi me cambiaron a
la Escuela Superior de Guerra Naval.
Antes de irse de la Comandancia General le dijo a su
compañero el General de Brigada Eutimio Fuguet Borregales que sólo le iba a
pedir una cosa: que no nombrara a WYZ en el COL Y cambiara al equipo enquistado
allí.
XYZ fue nombrado en el COL, los enquistados celebraron y
los repuestos para los T-2D y F-5 NUNCA LLEGARON.
Los F-5 se les programó un Mid Life Update y los T-2D en
las mismas condiciones, como sistema agonizante, los mandaron a BAVALLE para “Darle
vida a la Base”. Era sacarle la sangre a un anémico para trasfundirla a un
leucémico. Los T-2G griegos volaron hasta hace dos años. Muchos años después de
haber sido desincorporados de la US NAVY.
En la próxima entrega tocaremos lo más humano. El error. Nada
más humano que eso y esa parte del General Iván Jiménez debe ser explorada y
recordada. No pretendio ser perfecto aunque avanzo bastante. Pero errores, los hubo.
Madrid, 2 de enero de 2017
Martín Gullermo Lon BLanco
Excelente anécdota mi Gral, y para cuando la segunda y tercera parte? Ya se parece a mi Gral. Anselmi, en lo mejor del cuento deja la expectativa. Esas y otras experiencias se deberían redactar y publicar, para que sirvan de manual para no repetir los mismos errores que afectan no sólo a un componente, sino al país es general. Saludos afectuosos en la distancia... Italo
ResponderEliminarEs largo porque es intenso. Hay un cambio de óptica que puede levantar roncha.
ResponderEliminarEs un homenaje humano, militar y religioso en los términos del homenajeado. Un hombre que se mnereció todo.
Un abrazo.
Excelente Mi general, feliz 2018 y un gran abrazo en la distancia,conoci al General cuando mi querida GN paso por momentos criticos y el sr General Ivan Dario, como minsitro de la Defensa se porto como un hombre serio e institucional, con garra y desicion.
ResponderEliminarEstimado amigo y superior Martín Lon Blanco, usted sabe muy bien que desde la EAM siempre he sentido un gran respeto por usted y una gran admiración cuando sin importarle lo que decían los superiores en cada momento de nuestra vida militar, siempre les decía lo correcto aunque este tema no era lo que ellos querían escuchar. Cuanto patio pagamos juntos en la EAM por ese motivo, cuantas conversaciones hemos tenido de tantos temas que muchas veces los demás no entienden, pero yo si, es por ello que cada vez que me lo encuentro le digo sin ese temor que tienen los hombres de decirle a otro igual "yo a usted lo aprecio". Ahora del tema que nos atañe, el Sr. General Iván Darío Jiménez si era un gran hombre de honor aviación, lo conocí y recibí en mas de una oportunidad su respectivo corrientazo a la hora de cometer un error, solo eso, nada malo que decir. Ahora me toca esperar sus escrito. Saludos y feliz año 2018!
ResponderEliminarUn abrazo aviador que este año sea mejor para todos!!!!
ResponderEliminarSaludos Martin Guillermo, no sabia de la partida del Gral Jimenez, y tu escrito me ha motivado a releer o estudiar el Libro "Golpes de Estado desde Castro hasta Caldera" de su autoria y al que te refieres...lo tengo en mi biblioteca y revisare si autografiado...todavia recuerdo el nerviosismo de Castro Soteldo como OSC en donde yo era Directror y estaba tu consejero en aquella presentacion en grupo que resulto bajo normal dspues de haber estado normal y despues de lo sucedido el 27N entendi todo, y todavia sigue echando vaina, poniendo la c.... en todos los cargos que este regimen antonimo de bendito le ha dado
ResponderEliminary desde el 99 me llamaron a colinas de bello monte donde estuve de facultad y varias asesorias a Simuacion y juegos de Guerra, Estrategia Naval, y coordinando una Linea de Invesrigacion hasta el 2007, cuando por la lista de Tascon nos sacaron a todos los retirados quienes éramos Facultad, y el tiempo sigue y en el 2013 por oficio escrito firmado por COMEDRA me negaron el acceso a todas las unidades y dependencia por Razones de Seguridad Interna...y desde entonces aqui estoy, sin posibilidades de emigrar, enclaustrado y SOLO, hijos y ietos en el exterior y con salud no en las mejores condiciones y con el deseo de no ser CARGA para nadie, aqui sobrevivo con la pension...ni pareja tengo..
ResponderEliminarcottijo, fue en el 2009 cuando nos sacaron..
ResponderEliminarEs un honor mi almirante llamar su atención aún con un tema tan fuerte y desagradable, como es la pérdida inexorable de un superior y un ejemplo en toda regla. Gloria a Iván Jiménez Sánchez.
EliminarCon respecto a Usted, mi experiencia bajo su comando fue excelente y todavía me acompaña, todos los días. Mire que he pasado por universidades, pero nada como la ESGN con usted como director.
Por su experiencia operacional, sé, que a pesar de no haber tenido la suerte de hacer millas a bordo con usted, me consta que como capitán fue extraordinario.
Lamentablemente a nosotros y más a Ud, no nos tocó una tormenta, nos tocó un huracán.
Yo tengo la certeza que Ud. Tiene mucho que dar todavía. Con los problemas de salud que sean, por lo que le pido a Dios y Ud, que haga todo lo posible y lo imposible, por superarlos.
Lamento profundamente su soledad mi almirante. Lamento que tenga Venezuela por cárcel, pero siendo Ud el lobo de mar que es, saldrá de esta también. Oscuras y largas fueron las soledades de Ulises y amargos los días de Job, pero eso cambió. Lo cambiaron ellos mismos con una ayudita del Cielo.
Lamento no poder tirarle un cabo porque mi propia situación no me da (por los momentos) esas libertades, ni esas holguras. Pero tengo la certeza de que llegará Ud, a Ítaca mi almirante. Por sí mismo. Dios me dé el cabo para lanzarlo.
Hay veces que cuando en lugar de buscar hay que dejarse encontrar.
Ud también es demasiado hombre tanto para estar sólo y como para estar con una pareja que no esté a su altura moral o intelectual, así, que la salud primero, sobrevivir después, que lo otro ya vendrá.
Sobre sus hijos y nietos, ambos sabemos que en toda situación de rescate el rescatista no debe convertirse en rescatado. Lo más probable es que sus hijos y nietos hayan aprendido eso de Ud mismo y estén afanados en consolidarse para desde esa posición salvar a los demás. Por lo demás, lo sigo considerando a Ud lo fuerte y lo duro para no necesitar el rescate de nadie. Mac Arthur tenía 70 años o más en Inchón y Ud no es menos bravo que él. Mac Arthur tuvo tres guerras, a nosotros nos sorprendió el desastre o nos tocó tarde.
No somos mi almirante, ni Ud ni yo hombres para vivir de glorias pasadas, su propia vida como la de tantos hombres antes, están en diestras manos y de su buen juicio naval.
No le pido fe ni esperanzas sino algo de lo que yo tengo pruebas y muchos testigos: de su capacidad, de su valor y de su hidalguía para salir en una pieza de la tempestad y llegar a buen puerto y no sólo eso sino de hacer una maniobra de atraque hasta en retroceso como sé que muchas veces hizo.
Un abrazo y le reitero las gracias por todas sus enseñanzas y estoy seguro me seguirá dando como siempre el ejemplo combativo con el que nos alimentó a los que fuimos de su tripulación y lo seguiremos siendo siempre.
Usted mi Almirante sigue siendo “EL YUCA·” Eso era más que un sobrenombre con que lo honraban los mediocres y los llorones, sigue siendo una realidad. Triunfe en la vida.
Un abrazo Jefe.
P.S. No gasto el tiempo pensando en los pobres hombres que no tuvieron los arrestos para graduarse en el ESGN. “NO ES MENESTER EL TRAIDOR CUANDO ES LA TRAICIÓN PASADA”.