Dies irae
Dies irae, dies illa
Solvet saeclum in favilla:
Teste David cum Sibylla.
Quantus tremor est futurus,
Quando judex est venturus,
Cuncta stricte discussurus!
Día de la
ira, aquel día
en que los siglos se reduzcan a cenizas;
como testigos el rey David y la Sibila.
¡Cuánto terror habrá en el futuro
cuando el juez haya de venir
a juzgar todo estrictamente!
Tuba, mirum spargens sonum
Per sepulcra regionum
Coget omnes ante thronum.
Mors stupebit et natura,
Cum resurget creatura,
Judicanti responsura.
Liber scriptus proferetur,
In quo totum continetur,
Unde mundus judicetur.
Judex ergo cum sedebit,
Quidquid latet, apparebit:
Nil inultum remanebit.
Quid sum miser tunc dicturus?
Quem patronum rogaturus,
Cum vix justus sit securus?
La
trompeta, esparciendo un sonido admirable
por los sepulcros de todos los reinos,
reunirá/llamará a todos ante el trono.
La muerte y la Naturaleza se asombrarán,
cuando las criaturas se levanten otra vez,
para responder a su Juez/juicio.
El libro escrito entonces será traído al frente,
en el que se contiene todo
por lo el que el mundo será juzgado.
Entonces, cuando el juez tome asiento,
lo que estaba oculto se mostrará:
y nada quedará pendiente (de juicio).
¿Qué podrá decir entonces este pobre desdichado?
¿A qué protector podré rogar,
cuando ni los justos estarán seguros?
Confutatis
maledictis,
Flammis acribus addictis,
Voca me cum benedictis.
Oro supplex et acclinis,
Cor contritum quasi cinis:
Gere curam mei finis.
Cuando los
condenados,
(sean) sentenciados a las flamas de la aflicción,
mencióname entre los bendecidos.
De rodillas, en súplica, te ruego,
con el corazón contrito, casi hecho cenizas,
cuida de mi (hasta el) final.
Día negro. Cuando recopilaba
fuerzas para culminar este merecido réquiem por el general Iván Jiménez
Sánchez, me sorprende una nueva iniquidad de aquellos gobernantes de hoy,
derrotados ayer, por nuestro general.
Hoy gracias a los malos y diabólicos
es necesario escribir otro réquiem. Bueno varios pero por lo que a mí me
compete dos.
El de Óscar Pérez y José Alexander
Díaz Pimentel. Asesinados vilmente por los asesinos baratos de la Guardia
Nacional y después que pedían las garantías mínimas para entregarse.
No habían matado a nadie, pero los
había hecho quedar en el ridículo, ese ridículo donde moran y morarán siempre. Por más que
maten y por más que roben.
Fueron asesinados por aquellos que
el General Iván Jiménez Sánchez derrotó, apresó y puso a la orden de las
autoridades y les dio todas las garantías que estos inmorales asesinos le
niegan a todo un país hoy en día.
Las FFAANN que el país despreció
para escoger a Barrabas otra vez, esta vez corporizado en Hugo Chávez Frías
cuya misión de destrucción tiene como ejecutor el equino Nicolás Maduro. Juzgó
y condenó e los criminales y un Poncio Pilatos aún más ruin llamado Rafael
Caldera, escuchando el clamor del vulgo y la chusma, los liberó y los dio todas
las facilidades para que crecieran y se multiplicaran y asolaran al país por 20
años y aún lo siguen asolando.
¡¡¡¡Pueblo servil y
desmemoriado!!!!!
Los asesinos de hoy fueron juzgados
y condenados. El juez y el fiscal defenestrados y los criminales premiados. Eso
fue Caldera, escuchando la voz de su dios, su “pueblo”, que nunca se equivoca,
pero eso era de la boca para afuera, su dios y su ídolo era él mismo.
Pero, aunque los criminales sean
los mismos y los hayan enfrentado el mismo tipo de hombres, el motivo de este
escrito es para uno sólo. El próximo será para los otros.
El general Iván Jiménez Sánchez era
un excelente piloto de ala rotatoria (otra cosa en común con Óscar Pérez).
Amaba sus helicópteros, del Grupo Aéreo de Operaciones Especiales Nº 10 y
también del Grupo Presidencial Nº 4. No me pongan de antipático a mí de decir o
recordar de cuál grupo quería ser comandante y que grupo quería más. Ustedes,
los aviadores lo saben.
Él prefería cumplir misiones y los
Teatros de Operaciones, evacuando heridos y muertos, llevando provisiones y
munición, haciendo acciones contrainsurgencia y correteando a irregulares.
Sé que saldrán las plañideras y
lloronas de guerrilleros a decir que a lo mejor también lanzó algún irregular,
cosa que sé nunca hizo, aunque yo hubiese preferido que lo hiciera, viendo los
males de la Venezuela de hoy, pero no, él no, por la simple razón que un cuñado
o un familiar de su esposa podía ser uno de ellos e Iván Jiménez sabía lo que
duele un tiro nunca fue capaz de dispararle a nadie que se hubiese rendido.
Iván Jiménez creía en la LEY. No como
los chavistas que lo denostan que sólo creen en sus muy bajos instintos.
Uno de los problemas de nuestro
sistema educativo es entre otros no internalizar, no escuchar lo que se nos
enseña.
Mucha gente es así no es exclusivo
de los venezolanos.
Como ejemplo podemos poner una
canción que fue viral en todo el mundo. “La Macarena”.
¿Qué dice la canción?
¿Cuál es su tema?
Para no hacerme más odioso de lo
necesario transcribimos parte:
Dale a tu cuerpo alegría Macarena
que tu cuerpo es pa' darle alegría y cosa buena
dale a tu cuerpo alegría Macarena
eeeh Macarena.... aaahe!
Macarena tiene un novio que se llama
que se llama de apellido Vitorino
y en la jura de bandera del muchacho
se la dio con dos amigos
aaahe!
Macarena tiene un novio que se llama
que se llama de apellido Vitorino
y en la jura de bandera del muchacho
se la dio con dos amigos©
También dice que le gusta Marbella
y el Corte Inglés, pero de lo que en verdad se trata es de un Menage a trois.
Bueno mejor dicho un Menage a cuatre. Victorino, los dos amigos y la Macarena.
No apta para menores.
Se puede entender que le gustara
tanto al presidente Bill Clinton de los EEUU, pero es que yo vi hasta monjas
bailando eso.
Definitivamente no estaban
escuchando lo que bailaban y coreaban.
Vi a damas diciendo que la Macarena
eran ellas, que ellas la habían inspirado.
Lo peor es que se lo dije a una
amiga una vez y su respuesta fue:
¡¡¡Hay chico tu sí que eres
así!!!!!
Dejando atrás lo prosaico, saltemos
a lo divino.
Traigo este ejemplo vulgar, para
hacer un contraste fuerte con los servicios religiosos donde a un difunto se le
rinden los póstumos honores y se le pide al Creador la mayor compasión y el
mayor perdón.
¿Qué significa en el réquiem “Y
brille para él la luz perpetua”?
El General Iván Jiménez lo sabía,
como lo sabría cualquier piloto que se escuchase a sí mismo cuando hace esos
rezos.
Para que una luz brille
perpetuamente, en un universo esférico tridimensional, hay que volar en una
línea curva elíptica, dándole la cara a la estrella que emite la luz o su
fuente. En dos dimensiones sería una línea recta, manteniendo la cara de frente
a la estrella de referencia.
El asunto del tiempo es otra cosa.
O es una estrella o fuente de luz muy fuerte o lejana o se está a covelocidad y
la rata de acercamiento es cero.
Newton creía en Dios. Yo también,
pero la inteligencia nos la da, mejor dicho, nos la presta el Creador y esa
inteligencia la podemos dejar como herencia a otras personas o si no regresa al
lugar de donde salió: a Dios mismo. De donde sale esa luz.
Los pilotos sabemos que esa luz
puede ser una referencia lejana que sirve para muchas cosas como un Ocho
Perezoso, un Chandelle, un tonel barril y muchas otras cosas más.
Por eso, yo encuentro algo de
consuelo en la pérdida de los compañeros fallecidos porque sé que tarde o
temprano nos le tenemos que reunir en formación todos.
No sé como será marearse o
desorientarse en el más allá, pero esa transición no la tenemos que sufrir los
pilotos.
La luz podría ser de una naturaleza
que nuestros sentidos terrenales no pueden apreciar, pero debe ser bella. Como
lo es un amanecer y un atardecer, sobre todo si somos nosotros los que estamos
en los controles del avión o de la nave.
Si hacemos las cosas bien en esta
vida bien y en la ruta hacia la luz, tal vez lleguemos al lugar donde el líder
de la formación en un F-22 dorado y fulgurante con un traje anti-g de oro e
instrumentos de marfil nos saque por ahí a hacer acrobacias en formación.
O tal vez escoja a un piloto de helicópteros y líder excepcional
para bajar al infierno, desde donde no se puede ver el brillo de la luz
perpetua a corretear a los demonios y penitentes que van a estar allí y que
hicieron mérito para ello en las Guerrillas comunistas de los años sesenta o en
los golpes de estado, o desde las rebeliones de perdedores de 1992 y dónde
estará toda la línea de mando de los asesinos de Óscar Pérez y de tantos
venezolanos que sufren por el hampa, el hambre, la peste y la emigración. Sus
manos, las de los demonios tienen sangre de inocentes. Si esto pasa, Iván
Jiménez rescatará a los soldados asesinados y olvidados.
Esos demonios se volverán a orinar
al oír las aspas, a lo mejor hasta apagan el infierno, como ya hicieron en el Cuartel San Carlos y Yare, porque sabrán que Iván Jiménez vendrá a corretearlos otra vez
y saldrán a pedirle clemencia a Óscar Pérez, a sabiendas que, por sus hechos,
la van a conseguir. Una clemencia que no tuvieron con él y que como rasgo
distintivo de Iván Jiménez que lo diferencia de mí y de la mayoría de la gente,
jamás hubiese pedido.
Iba a narrar cuando los fui víctima
de los medios de comunicación social y los llevé a los tribunales. Yo no sabía
manejar eso y le pedí a unos superiores que me acompañaran porque sabían cómo
lidiar con los periodistas, unos dieron excusas, Iván Jiménez me acompañó. Le
dije que yo no servía para eso y que hablara él por mí. Me dijo que me iban a
preguntar de todas maneras y que lo único que tenía que hacer era repetir lo
mismo que él dijese antes y así lo hice.
Quienes me injuriaron tuvieron
sus siete años de vacas gordas con el chavismo, algunos buenos negocios con Chávez, después le sacó los ojos. Ahí les tocó un rebaño de vacas flacas y van por trece años. Vi con dolor
moral a la chusma invadiendo sus casas y a ellos en un exilio que precedió al mío
por muchos años.
Iba a narrar cuando me sometieron
al consejo de investigación para botarme y otra vez me acompañó Iván Jiménez a disfrutar ese
honor, aunque en fidelidad a la verdad en
esa formación fui de número cuatro: Iván Jiménez, Andara Clavier y Hung Abreu,
al menos ganamos moralmente, aunque moral es un concepto ininteligible para un
chavista-comunista-castrista.
A algunos que me juzgaron los vi en
las ergástulas de su amo, a otros, borrachos y a los restantes en el patrón de espera,
hasta que dueño de la Luz perpetua les ponga el dedo meñique en el lomo, como
se los pone tarde o temprano a todos los malos.
Solo le puedo ofrecer a su viuda y
a sus huérfanas mi más profundo respeto y el mayor agradecimiento, como a la
FAV fenecida que me dio comandantes y jefes como él.
La oración más importante en el
judaísmo empieza con un “Escucha Israel”, la oración más importante del Q´ran
dice “Azurna” Escucha el fiel que se postra.
Yo pretendí al escribir estas
letras decirle a Venezuela que escuche y que se detenga de destruir a sus mejores
hijos y olvidarlos y dejar de entretenerse con los peores, con los malvados.
Con el deceso de General de Iván
Jiménez Venezuela perdió a uno de sus mejores hijos.
Paz a sus restos, gloria a su
memoria, consuelo a sus deudos y feliz vuelo hacia la luz perpetua.
Martín Lon
Blanco.
Madrid, 19 de enero de 2018.
©Los del Río. La Macarena.