Al triunfador de
la Batalla del Lago de Maracaibo y a Bernardo Jurado Capecci.
A pesar de
rogarle todas las mañanas al Altísimo, que me de las fuerzas para no meterme en
lo que no me importa.
A pesar de tener
pendientes tres papeles del Doctorado.
A pesar de no
creer en la reencarnación ni en la metempsicosis o trasmigración de las almas.
El leer unos
comentarios, respetuosos pero contrarios que hacen algunas personas a la
opinión del señor Capitán de Navío
Bernardo Jurado Capecci, en su Facebook, me llevan a escribir estas palabras.
No es que el
capitán Jurado Capecci necesite quien lo defienda ni abogue por él.
No.
Él es capaz de
defenderse el mismo y a cuanta causa le parezca justa, como un verdadero lobo
de mar, que lo fue y sigue siendo, baste como demostración el haber comandado
patrulleros, Fragatas y trasportes.
Sucede y pasa, que
es él, uno de los oficiales que después del naufragio institucional de las
Fuerzas a la que dedicamos lo mejor de nuestros esfuerzos, no sólo sobrevivió y
prosperó en las playas donde lo arrojó el destino como a Ulises y aún nosotros o muchos de nosotros
seguimos o nadando o agarrados de una piedra, sin poner pie en tierra.
El problema es
que las críticas provenían de individuos tal vez muy parecidos a mí o yo a
ellos, que no hemos tenido los arrestos de Bernardo Jurado Capecci de rehacer
una vida exitosa después de lo que para el resto, ha sido una tragedia
insuperable. Lo que nos lleva a llorar por la otrora Armada, Fuerza Aérea Venezolana,
Guardia Nacional y Ejército. Y esperamos el sonido de las trompetas del Juicio
Final para levantarnos de nuestras tumbas y recrear nuestras instituciones.
Mientras tanto, lloramos como La Sayona a sus hijos que por cierto, ella misma
mató, sin fijarnos que algo de lenidad y responsabilidad hubo por nuestra parte,
en todo lo ocurrido y lo que está ocurriendo.
El gran problema
como le ve un querido profesor y un compañero es que no hicimos un “Cuerpo de
Oficiales”. Esto permitió que los oficiales mediocres buscaran apoyo político
en los partidos y en revoluciones, para ascender, en detrimento de los
oficiales que a Dios gracias siempre los hubo, que ascendieron sin necesidad de eso. También
fallamos en permitir el desarrollo de una religión laica y es más permitimos
que hubiesen obispos de esta en nuestras filas y aunque operacionalmente no
valiesen nada, cómo no los íbamos a ascender si sabían tanta historia y
conocían al “Libertador” mejor que a sí mismos.
La falta de
disciplina y la herejía que permitimos y en las que nos criaron y educaron
permitieron que se incubara o sucubara lo que ahora satanizamos y pretendemos
escurrir nuestra parte de responsabilidad en los hechos.
No negaré que hubo individualidades que
combatieron esto con todas sus fuerzas, pero no hicimos masa crítica para
convertirlo en un valor de ejercicio obligado y normal en nuestras ya idas
Fuerzas.
Fracasamos como
equipo. ¿Brillantez individual?
De sobra. Por
nombrar sólo a tres de la Armada y que me disculpen los muchos, me vienen a la
memoria los almirantes Ramos Flores, Carratú, Muñoz León( Bustamante Pulido, Chacón
Hernández caben ahí pero dije sólo tres y la antigüedad para mí, aún cuenta) No
nombro a los aviadores ni a los de las otras Fuerzas por ser el día del
Almirante Padilla y del Capitán Jurado Capecci.
Podemos dar un
ejemplo de falseamiento de la historia para sonrojar aún más a los indignados
profesionales defensores de las otrora “Fuerzas” y del “libertador”, ahora que
el país con hambre y enfermedad se distrae viendo adorando el fuego y las llamas
sagradas.
Veamos al Almirante José Prudencio Padilla.
Este almirante
combatió en Trafalgar, lo que significa que no era un recién llegado, ni el
grado se lo ganó en una montonera, quizá, alguno de sus infantes fue el que
mató al Almirante Nelson, a quien yo, personalmente,
considero el estratega militar y naval
más grande de la historia y el más grande capitán en eso de dar el ejemplo.
Para esos
oficiales venezolanos cosmopolitas el recibir un cañonazo del HMS Victory o del
alguno de los otros buques de Nelson tiene mucho más mérito que el recibir un
grado militar después de haber sido derrotado o por derrotar a un pulpero, pero eso es lo que alaban los
oficiales no cosmopolitas, para que no me acusen de insultarlos de parroquiales,
ultranacionalistas y xenófobos.
Padilla tenía
tres problemas muy grandes y graves: era colombiano o neogranadino para ese
entonces (No ser venezolano no permite camarotes de primera clase en el crucero
de la historia patria venezolana), era moreno, pardo a casi negro (lo que permitía máximo, en aquel tiempo, camarotes de segunda clase), porque
afrodescendientes eran, somos y seremos todos y además al parecer era monoteísta
(lo que lo condena, a todos los ciudadanos que lo son, los que no siguen la
religión del estado, como en la Venezuela de hoy, a la tercera clase en todo).
Ese oficial
colombiano, le dio el mejor regalo de cumpleaños a Simón Bolívar, quien al
parecer, no se volvió a acordar de él hasta que firmó su sentencia de muerte por
estar en la Conspiración Septembrina, que por más que se le trate de poner como
un intento de deicidio en grado de tentativa fallida, fue un acto para deponer
el autoritarismo y a un dictador. Fue condenado a muerte y a ser degradado
previamente y cuando le iban a arrancar las caponas de “General del Mar”, este
le gritó al comandante del pelotón: “¡Esas no me las dio Bolívar, sino
la República!”. Dicen algunos autores que el mismo Simón Bolívar al saber de la
expresión de Padilla, dijo a su vez que “¡Yo no soy quien te fusila, sino la
Ley!”.
Yo no creo que ningún venezolano contemporáneo mío, se pueda hacer ilusiones y no sepa como
nuestros presidentes, tiranos, dictadores por la fuerza o por vía electoral, hacen las leyes, con mujiquitas y “constitucionalistas”
expertos, que siempre complacen al Tío Tigre de turno. Para que no sea él quien
te fusile, te bote o te exilie, sino la ley.
El grave problema
de Padilla fue hacer ver y sostener que Simón Bolívar no ERA DIOS. En honor a
la verdad, Simón Bolívar lamentó haberlo mandado a fusilar cuando tuvo que
indultar a Francisco de Paula Santander, porque según sus mismas palabras como salen en sus cartas y documentos,
aducía que sería acusado y criticado porque había indultado a Santander por
criollo y a Padilla no, por pardo. No se recordó del regalo de cumpleaños ni en
su última proclama, tampoco de ninguno de sus otros soldados muertos.
Debe ser duro
para un oficial venezolano, no cosmopolita tener un héroe naval
colombiano, pardo que no le dio carácter divino a Bolívar como no se lo dio tampoco
el General Córdoba (Sí, el de “a paso de vencedores etc, etc, etc,), a quien
O´Leary le aplicó “la ley”, también.
Pero en verdad a
pesar de haber navegado muchas más millas que muchos oficiales de la Armada, a
pesar de haber hecho el XXVII Curso de Comando y Estado Mayor Naval, en el mejor
instituto educativo del mundo, la Escuela Superior de Guerra Naval ESGN, de
haber tenido los mejores compañeros en ese curso y haber aterrizado en un avión
a reacción en un portaviones, yo soy un aviador y lo fui a mucha honra de la
FAV, por lo que para brindar algo de consuelo a los llorones del tiempo pasado, los sollozadores de la leche
derramada de todas las Fuerzas, de los
que lamentablemente por mis propios defectos y falencias, aún formo parte,
puedo darles algún ejemplo a seguir y es el del general y estratega aéreo que
yo más admiré, admiro y admirare, el General Johannes Steinhoff. Quien refundó
la actual LUFTWAFFE y terminó comandando las Fuerzas Aéreas de los países de la
OTAN en Europa a pesar de que había derribado ciento cincuenta y tres aviones,
ingleses, franceses, norteamericanos, rusos, checos, polacos, italianos, españoles,
etc, etc, etc.
No bastando con
eso, terminó comandando todos los ejércitos, Armadas, Fuerzas Aéreas, como
líder y comandante militar supremo de la misma OTAN. Debo refrescarles la
memoria reafirmando mi pitiyanquismo, (termino inventado por un excadete fracasado
de la Escuela Militar y ardoroso defensor de “Il Ducce”) y mi admiración por
los valores judeo cristianos occidentales, de los cuales no voy a renegar nunca, no veo por qué sea eso criticado en esta época,
en la que cualquier homosexual deprimido
es aplaudido por decirlo, o un terrorista justificado por hacer lo que hace, o
por los que piden tolerancia a quienes tienen dioses con ocho brazos y diez
patas y les pegan a su mujer.
Bueno, el general
Steinhoff despojó a la Luftwaffe primero y al Bundeswehr o Bundesheer y a la
Kriegsmarine de todo elemento histórico protofascista y fascista, empezando por
la falsificación de la historia y de los mitos fundacionales, tan de moda desde
el romanticismo alemán y eliminó toda la influencia de Hugo Boss en todos los
uniformes (era el diseñador oficial de la SS). No bastando con eso, voló todos
los aviones de caza de la OTAN, en especial el F-104, que no era precisamente
una mantequilla.
Pero claro nadie
es perfecto y el General Steinhoff se había quemado gravemente en un aborto de
despegue en un ME-262, que era el segundo avión a reacción del mundo y el
primer reactor de caza operativo que gracias al Creador, Hitler decidió usarlo
como bombardero. Al final de la guerra, se reunieron todos los pilotos de caza
remanentes desde el general Adolf Galland, Guenther Rall, Steinhoff y muchos
otros, volaban comían y dormían, luchando a sabiendas que no había esperanzas y
la guerra estaba perdida. A Galland lo derribaron el mismo día que se rindió
Alemania.
En ese accidente
Steinhoff quedó desfigurado, cosa que no le importó mucho, salvo que no tenía
párpados y los ojos le lloraban todo el tiempo y era difícil dormir. Eso no le
impidió seguir volando y hacer lo que hizo.
Ayudó a hacer una gran Alemania y una gran Europa.
Pero tardó mucho en conseguir un médico cirujano plástico que fuera su par
equivalente en su especialidad, pero lo encontró ya retirado. Era un americano
que le dijo que si quería tener párpados de nuevo él se los reconstruiría, pero
que debía ser flexible y tener la mente abierta, porque la única piel
equivalente o parecida la tenía que obtener del cuerpo del mismo general
Steinhoff.
Lo de la “mentalidad
abierta” era, por supuesto, un eufemismo, el ablandamiento para después decirle
que la piel tenía que salir de los escrotos del citado piloto de caza, as de ases, quien por suerte, tenía esa parte
del cuerpo no quemada por el accidente y por lo visto los escrotos eran lo
suficientemente grandes, como lo demuestra su tremenda carrera militar. El
General Steinhoff pasó los últimos años de su vida, parpadeando, durmiendo bien
y quien quita que como piloto de caza le guiñara alguno de los dos ojos a
cualquier muchacha bonita. Queda la interrogante de cómo habrá hecho ese doctor
para “planchar”, las arrugas naturales de ese tipo de piel.
Bernardo Jurado
fue un oficial como Padilla y como Steinhoff y es una gran persona como estos mismos
lo fueron en su tiempo. Siguiéndole las aguas a su padre, ya que pudo calzar
sus botas y más allá (este es el halago más grande que pueda tener un hombre),
advierte en el peligro personalista mesiánico y del deseo de reencarnación de
aquellos que estamos en el Hades. No hay que esperar que salga un “Clawsevitzito
de esta generación”, ni un clon del Ínclito Díaz. ¡Qué atrevimiento ignorante
ascender a Francisco de Miranda a ser General en Jefe, cuando en realidad, ese
grado está por debajo de Generalísimo! ¿Cómo nombrarlo almirante en jefe? Si
ese grado fuese mayor se lo hubiese autoimpuesto el Generalísimo Franco o el
generalísimo Chian kai Shek.
En tal caso, sin
mucha originalidad podían nombrarlo Almirante del Mar Océano, pero ese grado
era de Cristóbal Colón y este como Padilla en su momento, ha sido “degradado”
de la “historia patria Nacional”.
Bernardo nos dice
como buen jefe de tripulación que es, que no se llega a nada con once jugadores
réplicas Nexus 6 de Messi jugando futbol, que es trabajando en equipo, con la
división racional del trabajo, con técnica, moral, ejemplo y previsión
logística, con lo que se hacen las
grandes cosas, no por tener genes de héroes que pelearon batallas que no fueron
las nuestras y de las que esperamos succionar como garrapatas, justificación y
gloria.
Cada generación
debe producir sus propios héroes, ¡Pobre Venezuela que vive de una sola
generación heroica ya ida! Los ha habido y han sido ignorados a propósito,
porque más héroe es el que mantiene la paz, aún más del que lucha por
restituirla. Hombres que han enfrentado a la muerte día tras día en la mar,
protegiendo y rescatando, pilotos de la FAV, arriesgándose, todos los días,
cazadores luchando y muriendo por años, todos los días de la semana.
Bernardo Jurado
Capecci, al igual que todos los brillantes oficiales militares y navales que
conocí en mi vida profesional, no buscaban ser “inmortales”, “eternos”, “ganadores
del juicio de la historia”, ni de tantas pajas y baboserías que se aducen para
medrar de la gloria y el prestigio ajeno, no, la grandeza esta en los hechos y
en la virtud que una persona deja en herencia a sus hijos, sus amigos, subalternos
y todos aquellos que lo rodean. Los Marinos y los aviadores no pueden idealizar
la muerte porque la enfrentan en todo momento. Sólo hace falta que se rompa una
línea de vapor o de combustible y se puede pasar de la calma a la tragedia en
milisegundos.
Tal vez por eso,
los operacionales de la Armada y de la FAV, no tenían tiempo ni para
convertirse en sicofantes de los políticos ni en tejedores de conspiraciones y
fueron cuando hubieron, excepciones a la regla, en la FAV y Armada que yo viví
importaba más la misión que el poder y aunque los mediocres como siempre, culebreaban
en su ascenso en busca del poder, por lo menos lo dejaban tranquilo a uno
mientras cumplía la misión. No había tiempo de conspiraciones ni reunideras.
Son personas que
como yo, vamos a tener con suerte, una sepultura como la tienen el Almirante
Padilla y el General Steinhoff, donde debemos esperar el Día del Juicio y solo el
buen Dios se acordará de nuestro nombre. Nada de sembradíos ni eternidades. La
muerte que siempre desafiamos de frente en tormentas, operaciones y
tempestades, pura, fría y dura. ¡Qué así sea!
Yo este día me
acuerdo del héroe de Trafalgar quien se superó a sí mismo en Maracaibo y me
acuerdo de Bernardo Jurado Capecci, de su papá, de todos aquellos oficiales de
blanco que me dieron una gran formación, un gran ejemplo y una amistad
duradera, hombres que sabían liderar un equipo en una tormenta y en una guerra.
También me acuerdo de un tío querido, Guardiamarina Mayor en la Escuela Naval y
Inspector general de la Fuerza Aérea. Hombres con los que yo hubiese ido al
combate sin dudarlo, porque no es malo compartir el destino con aquellos que
tienen los arrestos de desafiarlo.
En eso Bernardo
nos ha ganado a los que por la razón que sea, nos hemos quedado pegados en el
pasado.
Feliz día de la
Armada de Bernardo Jurado Capecci y de aquellos con los que estudié y navegué:
¡Qué orgulloso
estoy de ustedes!
Martín Lon Blanco.
Caracas, 24 de julio de 2016.
Importaba mas la mision que el poder........Y porque no es malo compartir el destino con aquellos que tienen los arrestos de desafiarlos.Grande Martin tu elogio a la amistad y al deber. Un gran abrazo.
ResponderEliminarImportaba mas la mision que el poder........Y porque no es malo compartir el destino con aquellos que tienen los arrestos de desafiarlos.Grande Martin tu elogio a la amistad y al deber. Un gran abrazo.
ResponderEliminarImportaba mas la mision que el poder........Y porque no es malo compartir el destino con aquellos que tienen los arrestos de desafiarlos.Grande Martin tu elogio a la amistad y al deber. Un gran abrazo.
ResponderEliminarLa calidad intelectual de cada individuo se mide por el nivel de preparación; la calidad humana, sin embargo, se mide entre otros factores por el nivel de consecuencia, lealtad, admiración y amistad que se cultiva y se profesa por los semejantes. Excelente y enriquecedor escrito.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi General....querido amigo....yo no tengo armas para defenderme de su amistad...gracias por sus palabras porque bien sabe que yo tambien y sin un apice de duda, iria tranquilo al combate con Usted...que honor es para mi ser su amigo de tantos anos, de tantas millas y tantas horas de entrenamiento y operacion de las plataformas de combate.
ResponderEliminarVir bonus dicendi peritus.
ResponderEliminarMuchas gracias mi general. Aprecio mucho sus comentarios y criterios. Un abrazo.
EliminarY que honor para los subalternos... Que recibimos instruccion de estos grandes soldados!... Y es justamente nombres como fenix y jurado los que años despues siguen sonando en los pasillos de las instituciones...
ResponderEliminarUn abrazo piloto saludos a tu papá y mis respetos a tu mamá.
EliminarPerdí la pista del Gral Lon desde aquella oportunidad del curso de empleo del Exocet con el grupo 11, me alegra leerle y comentar su profesional opinión, era común verlo embarcado, en cuanta Operación había, en cuanto el escrito de mi amigo el hombre del velero, no deja de plasmar su sentir a pesar de la dura expresión sin nostalgia, dio resultados de ahí todos los comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo hermano. Gracias por tus recuerdos y tus comentarios.
ResponderEliminar