viernes, 7 de julio de 2017

Hoy cumplo cuarenta años de graduado.







El 7-7-77 representó una fecha de realización que en mi caso particular, significó mucho porque iba a volver a empezar a volar.

Creímos que era una fecha cabalística, un signo de buena suerte, entendiendo la suerte del soldado la de su propio país.

No sabíamos que los traidores estaban con nosotros allí.

En la misma parada.

Diciendo el mismo juramento.

Y escuchando el mismo toque de oración.

 Pero su corazón estaba en otra parte. Soñaban despiertos en destruir lo que nosotros queríamos contribuir a construir.

Soñaban con ser ellos los que estaban en la tribuna presidencial, entregando sables y maldiciones a unas cohortes de lacayos y súbditos.

Desde 1992, yo sentí que esa fecha era un mal presagio, sólo un día más donde los malos iban a prevalecer tal como sucede ahora.

La peor promoción de esta época fue la mía, sólo superada con creces por la 1975 y después por las demás que la mentada ya, promoción de 1975 corrompió después de llegar a las Academias y Escuelas Militares.

He leído y es visto muy buenos análisis de lo que pasó y ahora pasa,  de muy brillantes individualidades de todas las otrora FUERZAS ARMADAS.

Pero hasta ahora no había presenciado una formación de cuatro oficiales aviadores militares, atacando la situación. Cuatro seres humanos trabajando en equipo por el bien común. No se ha visto en ningún lado y no haciendo ningún pronunciamiento político.

La formación la liderizó la mayor Raynell Martínez Mujica, quien con mano firme trazó la ruta, las formaciones y las tácticas. Los planos derecho e izquierdo les tocaron a los generales Eduardo Arturo Caldera Gómez y Pedro Pereira Olivares, mi profesor de la EAM y mi instructor de M-50. Personas de mi mayor admiración, agradecimiento y estima. Con la mayor, no había tenido, hasta ahora, ese gran honor.

Me tocó pues, ir de cierra rombo, pero con una líder así y unos planos tan estables y seguros ¿Quién no puede pasar una tormenta, un tonel o un loop?

La mayor Martínez alistó a brillantes venezolanos compartiendo el exilio y la injusticia, como lo son los licenciados Alicia Castillo y Germán Muñiz, quienes como se puede apreciar, son verdaderos patriotas a toda prueba y de calidad profesional indiscutible.

Me sentí otra vez parte de una institución que le dio hasta la democracia al país, como lo fueron nuestros aviones y aviadores el 1ero de Enero de 1958.

Una Fuerza que no pidió nada a cambio y nada cobró por sus sacrificios y sus hechos. Como lo han hecho las otras.

Una Fuerza que rindió a los enemigos con magnanimidad, apresó humanamente, juzgó con justicia y condenó con acierto y verdad a los felones, aunque llorase por dentro.

Una Fuerza que empezó a ser destruida a propósito por otras, en su afán de poder, empezando en el último gobierno democrático, que no hizo más males por el liderazgo iluminado de la FAV, que la defendió.

Los perdonados del GRAN PERDONADOR destruyeron la FAV, con los que inyectaron desde fuera y los  se levantaron de las tumbas del resentimiento en las que las FFAANN las enterraron junto a los invasores cubanos y que fueron librados del aniquilamiento y de sus mismos errores, por el “PACIFICADOR”.

Pero haber trabajado otra vez en una formación de cuatro me rejuveneció.

Porque es el mismo espíritu combativo de siempre,  aún orgulloso y altivo,  a pesar del paso de los años y la serie persecuciones, trampas, discriminaciones y pretendidas ofensas,  a cada uno de sus integrantes.

Mención especial merece nuestro general Caldera Gómez.

El honor y el pundonor militar es mucho más meritorio cuando hay cercanía con el enemigo.

El Patón cierra por Venezuela, estando en la pata del mingo. Tratando como se pueda de defender a los que tienen hambre, necesitan medicinas y son asesinados por eso.

El video de esa misión salió hoy: 7/7/17. Ya no me importa si el día es mágico o no.

Mis compañeros de misión lo son, como nuestra intención y nuestra razón. Con eso me basta.

Dios no puede estar del lado de los matan a los hambrientos, ahogan a los sedientos ni abandonan ni sacrifican a los enfermos y nosotros nos unimos para hacer lo que podíamos y lo seguiremos haciendo.

Ya llegará el momento del regreso. Hoy es más allá del campo visual, cuando sea necesario, será con cañones.

Ningún venezolano detesta más a los militaristas políticos de hoy, que nosotros, los que los combatimos ayer, y los combatiremos siempre.

 Y elevamos oraciones a Dios para que esos venezolanos convertidos en casi zombis por un zombi y por un gordo bailarín encantador de serpientes, alivien sus problemas y aprendan a escoger mejor y no abandonar a los que los defendieron, más aún,  cuando se dan cuenta que se entregaron por su propia voluntad, a los que los están asolando.

Nunca pudieron con las armas, ahora no podrán con los votos.





Martín Lon Blanco.





Madrid, 7 de julio de 2017.

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