Golpe Azul.
“La organización militar que cae en la arena política lo
hace a costa de su propia integridad”.
Kimball Young.
Debo presentar una explicación a mis queridos lectores, por
la ausencia en estas páginas por casi un mes.
Las indisposiciones físicas, siempre molestan, aún más,
cuando uno está cronológicamente, en la frontera de los sesenta, como es mi caso.
Pequeñas molestias, acopladas y sincronizadas crean grandes
problemas. La recuperación es lenta pero por allí se va.
He dejado muchas secuelas de artículos y entradas. La
continuidad se interrumpe por la originalidad malsana de la época en que
vivimos, en que un nuevo mal, sustituye al anterior no superado.
Entre las razones para escribir este blog, lo fue la
búsqueda de concordia para evitar una guerra civil.
Estas son insidiosas, nadie cree en ellas hasta que pasan,
suceden cuando la cultura nacional entra en una bifurcación que se hace
irreconciliable.
Los estudios que he llevado a cabo y mi experiencia de vida,
me han enseñado hasta el cansancio, que por más que se pretenda y pregone lo
contrario, hay en Venezuela y en la América Latina, dos culturas con muy pocos
elementos comunes y las últimas evoluciones políticas han ensanchado esas
diferencias.
Sumado esto a la predilección por el pasado que hay en Venezuela,
hace que el nivel de irrealidad intelectual traspase el realismo mágico para
cambiar sus sortilegios en maldiciones sociales y políticas.
Tristemente. En Venezuela, la única institución multirracial
y multicultural de ascenso social posible, más universal, lo han sido las
Fuerzas Armadas. Estas han sido al final, el garante de la paz entre dos
culturas dispares y profundamente resentidas la una con la otra. Eso ya no es así.
Mi creencia personal en el campo de la teología, la religión
y la ciencia, demarcan mi posición,
puede estar errada, puede ser cambiada, pero por ahora es la mía.
No creo que el pasado sea el tiempo más importante, creo que
el futuro sí lo es y la única herramienta para hacerlo es el presente.
No creo en la metempsícosis o la reencarnación cíclica de
las almas, ni en la naturaleza circular del tiempo.
Creo que habrá una resurrección pero será cuando la
Inteligencia Suprema así lo decida.
Traspolando lo anterior a la realidad militar, es mi opinión
que mi época ya pasó, junto con la de aquellos que luchamos y soñamos con una
Fuerza mejor. “Yo he hecho lo que podido, Fortuna lo que ha querido”. Los retos
similares son de otros.
No significa esto deja de luchar por un país mejor, pero la
arena militar ya no es el campo. Luchar por “recuperar” y “rescatar” las
FFAANN, son expresiones de doble filo, cuando las hacen precisamente quienes
las dejaron perder en primer término y en quienes las dejaron secuestrar.
Hubo personas, individualidades y pequeños grupos inclusive
que lucharon por un futuro alterno mejor, basados en la motivación al logro y
una afiliación sana. Este grupo, además de minoritario, fue derrotado por la
mayoría, que sólo le interesaba el poder, sistemas de afiliación relativos y
temporales para lograr el fin principal y una afiliación negativa entre los
miembros de la FFAANN.
De esos polvos tenemos estos lodos y el lodazal se está
empatanando porque ese tipo de oficial mayoritario, todavía mantiene su fuerza,
a todas luces con mayor intensidad.
El campo de los que ya pasamos como una sombra, corresponde
al de Bassil Lidell Hart, Winston Churchill, Lawrence de Arabía, Fuller y
Huntington,quienes como civiles y fuera
de la organización militar la han mejorado, mejorando y la redundancia es
intencional, la sociedad civil de la que sale toda Fuerza Armada.
La calidad militar está asociada al nivel de civilidad de la
sociedad que emerge. Todo lo demás son tonterías, parafraseando a Richthofen.
Todo ciudadano y todo militar retirado, tiene esa ventaja y
esa noble visión. Tiene como interactuar con aquellos “inciviles”. En el Lejano
Oeste de los EE.UU, los inciviles fueron reducidos por ley o por violencia por
otros civiles. Las fuerzas militares se dejaron para otras cosas. Los fantasmas
de Cronwell y del New Model Army hacían recordar con pavor y miedo que era mejor
un Sheriff con alguaciles, aunque fuera un militar retirado o un ex forajido
que a los soldados de línea activos. Que sí se usaron, pero como excepción y no
como regla.
Lamento que oficiales retirados de lo que fue mi Fuerza, se
ofendan y se acusen entre sí de ser promotores de incivilidad en primer término
y prostitución militar en el segundo.
Bastante violencia ha habido y hay en América Latina, para
seguir delegando la pax política por vías violentas o represivas, a aquellos
que son por segunda intención, solamente, colaboradores en mantener la paz
civil y pública. Eso ha fracasado e históricamente ha demostrado ser ineficaz.
Siempre son las sociedades, con sus respectivas culturas,
las que hacen verdaderas, las horribles máximas de la “sociedad civil”, que
hacía el General Ludendorff.
Es una lástima que los malos ofiales del pasado se asocien a los malos oficiales del presente para facilitar la destrucción de la "Fuerza Azul" y hagan posible la involución a los tiempos antes de la segunda guerra Mundial, cuando no existía.
Dios nos ilumine para salir sin un baño de sangre de tanta inepcia
y tanta estupidez.
Un abrazo a todos.
Martín Lon Blanco.
Caracas, 15 de febrero de 2015.
Brillante escrito....descollante....tal vez parafraseando a Andres Eloy Blanco....Fuerza Azul, por estar bajo el Azul del cielo y sobre el Azul de la mar....felicidades!!!!
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